El Madrid se exhibe, pero termina pidiendo la hora

El Madrid llegó a Badalona y, pese a haber descansado menos de 48 horas, se puso el delantal sin haraganear y se metió en la cocina, cada jugador con su tarea, todos coordinados, eficientes... el pastel iba a salir perfecto, pero al final se olvidó de la guinda, la nata y la caja con el lacito.

Pasó de firmar un partido redondo a pedir la hora, encogido ("Tenemos cara de miedo", decía Messina). Atrás quedaba una fenomenal exhibición defensiva en la primera parte, donde se vio al Madrid más intenso del año, pleno de concentración para anular a English y a McDonald, referentes ofensivos del DKV Joventut. El escolta no anotó y el pívot llevaba cuatro tantos al descanso. El tercer pilar ofensivo, el ex madridista Hosley­, se quedó de inicio en el banco (salió­ Tomás). Por primera vez en esta campaña Pepu variaba el quinteto. Se equivocó.

Hosley fue el mejor de la Penya­ y su porte atlético era clave ante un rival que alardeó de físico, que barrió a los locales con rebotes, tapones e intimidación (bien Fischer­), con piernas eléctricas y ayudas veloces. Es cierto que el técnico verdinegro deshizo el cambio en cinco minutos, pero era tarde. El Madrid entraba en combustión: 0-9, 0-13, 5-24 y 24-50. Jugaba Vidal y gustaba, entraba Mirotic 44 segundos y entusiasmaba. Les salía todo a los de Messina, hasta les entraban los triples: 6/12 al descanso, aunque luego serían 2/15. Ese luego es lo que le sobró al Madrid y lo que echó en falta de salida el DKV. Ese luego puso a la Penya a defender en zona con acierto, a morder, a correr, a pegarse dentro, mientras el enemigo confiaba solo en su renta. Le valdría, aunque encajase un parcial de 40-20. Pero las formas son las formas, el lacito, la guinda... Me entienden, ¿no?

Messina "

"Veníamos de un partido duro y logramos una triunfo muy importante. Jugamos dos cuartos excelentes en defensa y dejamos a uno de los mejores ataques de la ACB en solo 64 puntos. Cuando eso pasa tienes más confianza en tu ataque".

Pepu

"No nos salió nada de lo que habíamos preparado. No tengo explicación de por qué nos cuesta tanto entrar en los partidos. Por momentos estuvimos fuera de él. Después tuvimos fe, vergüenza y orgullo, pero de eso no se puede vivir. Estoy especialmente triste".