Euroliga | Real Madrid 68 - Unicaja 56
Sergio levanta cabeza y el Madrid arrasa bajo el aro
Rodríguez supera a Freire y entre Tomic y Fischer cogen 24 rebotes
A lo tonto, a lo tonto, con críticas duras y vaivenes de por medio, el Real Madrid suma ya cinco victorias en seis partidos esta campaña; Supercopa al margen, claro. Dudo que den para echar las cuentas de la lechera, aunque quedándonos en el presente, el Madrid completó uno de sus encuentros más serios.
Le costó arrancar, pero se mantuvo tranquilo, sin descomponerse ante un Unicaja impulsado por la gallardía de Berni Rodríguez y de Carlos Jiménez. Al descanso el duelo se movía en el alambre: 34-32. Minutos después, el Madrid enterraba a los de Aíto. Esta vez no hubo yoyó. No sé hasta qué punto fue mérito blanco y hasta dónde influyó la precariedad física del equipo malagueño: sin Saúl Blanco ni Panchi Barrera, con McIntyre muy tocado (fascitis) y con Jiménez fuera en la segunda parte por una torcedura... La puntilla se la daban las faltas personales de Freeland.
El Madrid arrasaba bajo aros, en el rebote, con una diferencia inhabitual a este nivel. Entre Tomic y Fischer atrapaban 24 (12 ofensivos) para una brecha sideral: 54 a 26. Otro mundo, los cincos locales se sacudían por una vez la etiqueta de blandos en la pelea. Les secundaba Reyes, siempre gladiador y de nuevo el más valorado. Pero hubo más en el juego blanco, de casi todo (defensa, orden, velocidad...) menos triples (2 de 12). Y, lo más importante, habemus Sergio Rodríguez. Con la cabeza alta, sacudiéndose la presión y muy incisivo en las entradas a canasta, el base respondió con pasión a las palabras de apoyo de Messina en la previa. Echó un pulso con Rafa Freire -o Luz, como prefiere ser conocido- y le hizo daño en el brazo al chaval, que tampoco era el que más agua tragaba en el naufragio verde. Sergio se levantó, sí; Velickovic sigue caído. Ansioso y centrado en la pelota, se le escapa la esencia del juego. Deriva peligrosa.