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Baloncesto | Euroliga | Olympiacos 82 - Real Madrid 66

El Real Madrid revienta en el cuarto decisivo

Mal estreno del equipo blanco en la Euroliga. Derrota por 16 puntos ante el subcampeón de Europa con un tristísimo último cuarto, que hace de menos los buenos minutos previos. Llull y Suárez salvaron el tipo. Entre Sergio Rodríguez y Tomic fallaron 18 lanzamientos.

<b>SALVÓ EL TIPO. </b>Sergio Llull fue el líder del Madrid en sus mejores momentos, en los 15 primeros minutos del partido.
SALVÓ EL TIPO. Sergio Llull fue el líder del Madrid en sus mejores momentos, en los 15 primeros minutos del partido.

Mirando el lado positivo, el Madrid cayó ayer sólo por 16 puntos con el subcampeón de Europa, cuando hace menos de un mes lo hacía por 34 ante el campeón. Un avance siempre es un avance.

Sarcasmo a un lado, el equipo blanco nos aclaró en este arranque de la Euroliga que hoy no está listo para pegarse con los grandes. Veremos qué pasa mañana, en unos meses. Posee­ potencial para meterse en la pelea, pero le falta mucho de todo. Lo primero, continuidad, y lo segundo, tiempo, experiencia (Prigioni hubiera sido clave ayer ante la ofuscación en el tiro de Sergio Rodríguez). Entiendo la agitación de Messina en el banquillo, que, acostumbrado a bloques maduros, debe afrontar ahora el baile de un yoyó que, al fin y al cabo, controla él. Arriba, abajo... Puro vaivén blanco en El Pireo con unos muy buenos primeros quince minutos. Circulación de balón apropiada, control del rebote, buenos tiros (en especial, Reyes), velocidad y Llull de líder­. Resultado, 21-30.

Pero Grecia es Grecia, vean si no. De una falta clarísima a Tomic en el poste bajo se pasó a una técnica a Messina castigada con cinco puntos: los dos tiros libres y un triple de Bourousis, el único enceste local de fuera de la pintura en la primera parte. Tanto presionar a sus exteriores con la ayuda de los pívots, el Madrid descuidó las puertas atrás. Una, dos, tres, cuatro... se sucedían las canastas bajo el aro. El yoyó blanco iba para abajo y el parcial adverso crecía: 30-12 con 51-42 en el marcador. Poco después, otro subidón con un espléndido Suárez: 57-56 tras triple a tabla del alero. Lo último de mérito que hizo el Madrid. De ahí hasta el final, once minutos para llorar. Primero, Garbajosa se juega un triple desde su casa cuando aún quedaban unos segundos para el final del tercer cuarto, los suficientes para que Mavrokefalides diera la réplica con una diana de casi medio campo (62-56). Era la espoleta que activaba el derrumbe blanco. Adiós castillo de naipes. Después, 72-56 tras un atroz 15-0. Suárez y Llull­ salvaban el tipo, Sergio y Tomic firmaban, en cambio, un sonrojante 7 de 25 en el tiro.

Enfrente, los clásicos, Spanoulis rompiendo a faltas, Bourousis rompiendo por dentro y Teodosic cuando le daba la gana. Mucho talento contra juventud, momentos buenos del Real en los tres primeros cuartos, pero un último para enterrar.