Cuartos final ACB | Real Madrid 67 - Cajasol 60
El Madrid tira de orgullo y se reconcilia con su afición
Garbajosa fue otra vez el líder ante un combativo Cajasol.
No fue tan fiero Vistalegre para el Madrid como lo pintábamos. El público se volcó de salida con los de Messina y estos respondieron con un triunfo solvente, agobios al margen. Porque el equipo blanco no anda fino, tiene dudas, le falta confianza, quizá ilusión tras comprobar que el Barça es casi imbatible; pero es también un equipo con orgullo. La victoria le sirve para hacer las paces con la afición, para echar pelillos a la mar tras haberse ofendido mutuamente en el primer duelo, los unos por dar la de arena cuando no tocaba y los otros por dirigir gritos feos a la plantilla.
El Madrid se planta así en semifinales, donde le esperará desde el viernes el Caja Laboral, que tendrá ventaja de cancha. Y esa será otra batalla contra un rival tan fiero como el Cajasol, pero con más recursos, que ha ido añadiendo piezas alrededor de Splitter. "Debemos ser conscientes del potencial que tenemos y aprovecharlo", decía ayer Prigioni. Es su receta para escalar el muro del Baskonia que él tan bien conoce.
Messina hace un tiempo que repartió roles fijos y los jugadores saben a qué atenerse, profundizando cada uno algo más en su papel. En este playoff se ha repetido el quinteto en los tres partidos. A Prigioni, Llull y Tomic, la columna vertebral, se han sumado Reyes (ayer superó a Sabonis como tercer reboteador blanco en la ACB) y Velickovic. Al serbio le cuesta un parto acoplarse al puesto de alero, pero ayer firmó un gran encuentro. Comprendió que no hace falta botar o tirar demasiado para jugar ahí, que basta con cumplir en defensa, dominar el rebote y llevarte a tu defensor cerca del aro, como si fueras pívot, aprovechando los espacios que abren Garbajosa y Lavrinovic. El de Torrejón compensó el desacierto de Llull y los pocos puntos de Bullock. Fue un líder.
El Madrid arrasó en el rebote y forzó 17 pérdidas del Cajasol. Una losa insalvable para los de Plaza, pese a que resucitaron tras el descanso (41-29). Entre el eléctrico Ellis y los seis minutos que le costó al Real meter un punto, el Cajasol encadenaba un 0-12. Volvían los nervios; aunque ahí estaban Prigioni y Garbajosa para poner calma. Lavrinovic remató la faena y Llull se sumó a la fiesta. El Cajasol se va de vacaciones, antes dio todo lo que tenía, el máximo de su talento, y cierra su mejor temporada en esta década.