Cajasol se agarra al frágil rumbo blanco en Vistalegre

En los últimos años Vistalegre fue un bastión para el Madrid, con los guerreros de Boza y con los de Plaza, pero todo ha cambiado. El Real sufre en casa: siete derrotas entre ACB y Euroliga (el 25%). Delante de su público los jugadores manifiestan sus temores y ansiedades, ofrecen su peor cara. Así ocurrió en el Top-16 ante el Maccabi­ -media Final Four- y luego con el Barça. También frente el Caja Laboral con el segundo puesto en juego o el último jueves ante el Cajasol.

Tanto padece el Madrid en Vistalegre, que Messina afirma que preferiría jugar otra vez en Sevilla. No sé si llega a eso; pero la plantilla del Madrid y su técnico tienen una oportunidad de congraciarse con la afición. La misma que les despidió con gritos de "no merecéis la camiseta". Mientras Kirksay apuesta por pescar en río revuelto: "Espero que acusen la presión".

Partido definitivo y segundo match­-­ball­ a salvar por el Madrid. Quien gane estará en semifinales, donde espera el Caja Laboral. Si vencen los blancos, se habrán clasificado los cuatro equipos con plaza fija en la Euroliga; si lo hace el Cajasol, seguirá el debate.

Joan Plaza dice ahora que si alguno de sus jugadores cree que no pueden ganar, es mejor que se quede en Sevilla. Aunque fue el técnico quien aseguró hace cuatro días que sus opciones pasaban por vencer en San Pablo, que otro triunfo en Vistalegre era improbable. Lo sea o no, el Cajasol no cejará con esa zona que hace pensar al Madrid. Garbajosa, Bullock y Tomic enseñaron el camino para romperla. Es más fácil si no hay nervios, porque se aplican mejor los conceptos básicos (circulación, balón al poste alto, corte del otro pívot...), pero hoy eso será imposible.