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acb | barcelona 85 - gran canaria 53

El campeón empieza el asalto al título con una exhibición

Parecía que podría repetirse la historia de hace unos meses, cuando el equipo canario salió de esta misma pista con una dolorosa derrota por cincuenta puntos de diferencia. Sin embargo, Pascual aprovechó el último cuarto para dar descanso a algunos de sus mejores hombres.

<strong>RODILLO AZULGRANA.</strong>
RODILLO AZULGRANA.

El Regal Barcelona envió un mensaje claro y contundente a todos aquellos aspirantes a arrebatarle el cetro de campeón, al arrollar al Gran Canaria 2014 (85-53) en su primer combate para revalidar el título.

En un partido mayúsculo, los de Xavi Pascual volvieron a dejar claro, una vez más, que si hasta ahora han ganado todo lo que han disputado esta temporada, es porque siempre juegan al máximo y no se dejan nada en el tintero, sobre todo a la hora de exhibir su enorme potencial defensivo.

No le gusta al Barça el Centro Insular de Deportes. Allí ha caído las últimas cinco veces en ACB. Por eso, si podía evitar que la visita del próximo domingo al pabellón canario se convirtiera en un partido a vida o muerte, mejor que mejor. Así que los locales se aplicaron desde el primer minuto de este primer asalto en el Palau. Intensos, rápidos, concentrados, pusieron la directa con ocho puntos consecutivos de Navarro y otros cuatro de Lorbek que provocaron que Pedro Martínez se viera obligado a pedir un prematuro tiempo muerto (12-2, min.3).

A partir de ahí, el Gran Canaria ya fue siempre a remolque, aguantando, hasta que dijo basta, diferencias que rondaban los diez puntos (22-12 al final del primer cuarto). Basile y Vázquez relevaron a Navarro y Lorbek en la anotación en el segundo cuarto (30-21, min.14) y el conjunto visitante se mantuvo en el partido gracias a la aportación de McDonald en el juego interior y el siempre resolutivo Carrol desde el perímetro.

El Barça fue bajando el pistón a medida que se acercaba al descanso, pero su gran acierto desde la línea de 6,25 (8 de 13 en la primera mitad) le permitió mantener el colchón de dos dígitos al final del segundo cuarto (46-35). A los locales les bastó otro arranque fulgurante -esta vez de la mano de un inspiradísimo Mickeal- para dejar sentenciado el partido tras la reanudación (55-37, min.24).

A partir de ahí, el choque fue una exhibición azulgrana de dimensiones estratosféricas. A su ya habitual capacidad de intimidación e intensidad defensiva -la mejor del campeonato- le acompañó, como en las grandes ocasiones, un inspiración demoledora en ataque. Mickeal, Lorbek y Morris lo bordaron hasta dejar el marcador en un inapelable 71-43 al final del tercer período y provocar que el Palau aplaudiera puesto en pie, cuando todavía debían disputarse los últimos diez minutos del encuentro.

Por un momento parecía que podría repetirse la historia de hace unos meses, cuando el equipo canario salió de esta misma pista con una dolorosa derrota por cincuenta puntos de diferencia en el partido de la primera fase. Sin embargo, Pascual aprovechó el último cuarto para acentuar las rotaciones y dar descanso a algunos de sus mejores hombres. El Barça redujo una marcha y los jugadores del conjunto canario, que ya hacía muchos minutos que habían bajado los brazos, se libraron de una paliza aún mayor que los 32 puntos de diferencia que al final reflejó el marcador (85-53).