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Liga ACB | Real Madrid 74 - Caja Laboral 80

Caja Laboral es segundo a pesar de Prigioni y Llull

El pulso de la segunda plaza lo ganó el equipo vitoriano. Empate a dos en los duelos entre ambos esta temporada y puede haber continuidad en las semifinales ACB, donde los baskonistas tendrían ahora ventaja de cancha.

<b>A POR TODAS. </b>Pau Ribas se lanza por un balón ante la mirada de Llull y Prigioni, ayer los mejores del Madrid.
A POR TODAS. Pau Ribas se lanza por un balón ante la mirada de Llull y Prigioni, ayer los mejores del Madrid.felipe Sevillano

La segunda plaza en la temporada regular no es algo decisivo; pero tiene su trascendencia. Te da la ventaja de cancha hasta la final. Y ese pulso lo ganó el Caja Laboral, con gran mérito, por encima de aquellos -nos incluimos-, que hablaban de una Liga bipolar. Aunque de momento, y hasta el playoff, esto es un aperitivo. Varios jugadores del Madrid no entendieron la importancia de la tarde. Su apatía en los primeros minutos nos trasladó a un bolo veraniego (Tomic, Almond); quizá ni eso.

Y los que sí portaban sangre en las venas, andaban perdidos (Llull, Reyes, Prigioni...). Todo pese a que el hándicap de salida colgaba del cuello del Caja Laboral, con Splitter tocado, con dos faltas nada más arrancar, y tres bajas: Barac, Eliyahu y Singletary. El equipo vitoriano nunca tira la toalla, nunca; Ivanovic se encarga de ello. Y en el minuto cinco ya ganaba por nueve (7-16), que serían 18 en el quince: 17-35. Las dos primeras canastas, dos triples, llevaron el sello del motivado Oleson. El de Alaska fue traspasado en verano por el Madrid a cambio de Prigioni. La balanza en la operación, sin embargo, sigue muy a favor del argentino. Los blancos naufragaban en un mar de pérdidas (diez al descanso), algo inusual, extraviados en ataque, de miranda en defensa.

Once al descanso.

Enfrente el Caja Laboral jugaba con los espacios, con sus tiradores, con un acertado English, con el empuje de Huertas, seis tantos seguidos entre el primer y segundo cuarto, un latigazo de diez metros al final del tercero. También con el talento de Splitter. La renta hizo la goma: once al descanso y 16 poco después (47-63). Con todo perdido, Vistalegre tocó a zafarrancho de combate. Paso al frente de Pablo Prigioni y de Sergio Llull, 20 puntos entre ambos en el tercer cuarto, y un arreón colosal en el sprint final con Velickovic apuntándose a la causa, cogiendo todos los rebotes de ataque. De tal magnitud fue el empellón que Prigioni forzaban el empate a 1:40 de la bocina: 74-74. Ahí se acabó la resurrección blanca, con Llull fallando lo que antes metía. Este Baskonia ya no es Tau y no hubo remontada milagro. El último minuto, el mágico, fue vitoriano. Almond recibió algunos pitos, el tirador que no lanzó. Mientras Bullock, Kaukenas y Vidal lo veían desde el banquillo.