Hay demasiadas cosas en juego. Por ejemplo, la venganza de los Juegos de Atenas, donde Argentina golpeó duro a Estados Unidos (89-81) y su ego al dejarles fuera de la final. La albiceleste se hizo con el oro, premio a la mejor generación que ha tenido nunca el baloncesto de aquel país. Ahora, cuatro años después, los de Sergio Hernández defienden su título ante el Redeem Team, que no ha levantado el pie del acelerador en el torneo. Sus victorias llegan por 32 puntos de diferencia.

"Hasta que no recuperemos el oro no podemos permitirnos ni un respiro", anuncia Kobe Bryant. El 24 de los Lakers lució en el cuarto de final ante Australia (sumó 25 puntos). Faltaba él por unirse a la fiesta que han brindado los estadounidenses en Pekín, donde LeBron, Wade o Carmelo han tenido su día de estrellato. Argentina sabe lo que se le viene encima. Ginóbili afirma que el actual equipo USA "nada tiene que ver con el que acudió a Atenas". "También nosotros somos distintos", afirma.

Quiere decir más viejos, aunque no han perdido por ello un ápice del talento y olfato que les hizo grandes. La victoria en cuartos ante Grecia (80-78) es una buena muestra. El ránking FIBA dice que EE UU es primera y Argentina, segunda. Este duelo es un buen test para calibrar qué hay de cierto en esa lista.