Estado de la cuestión, profesor Reneses, estado de la Selección: y marchando una de objetivos.

Estamos en días de motivación y acoplamiento, intentando recuperar el nivel de entrenamientos. ¿Objetivos? Quedar entre los cuatro primeros del Grupo B. Cuando se consiga, hablaremos de otros objetivos.

Dosis en vena de realismo, cuando el run-run apunta a la final soñada: España-EE UU.

Se habla mucho de EE UU, pero yo veo antes a Grecia, que eliminó a los americanos en las semifinales del Mundial 2006. Y también veo a China: un gran equipo, motivado, en su país y con estrellas de la NBA como Yao Ming. Y luego también anda por ahí Alemania, con ese chico, Nowitzki. En fin...

Pero toca hablar de EE UU, sí o sí. A ver, ¿son tan buenos?

Todo el mundo se fija en ellos. La impresión que me da es que han tratado de diseñar el mejor equipo posible para tratar de abandonar la dinámica de los últimos años. Quizá yo hubiera ahondado más en las razones de esa dinámica en la NBA...

Mismamente, esta España es un equipo de la NBA. ¿O no?

Algunos jugadores aún no han estado allí, ¿no? Y aquí han estado a un gran nivel. Ahora les toca irse a Rudy y Marc, pero aquí y allí van a seguir siendo buenos jugadores. La NBA es diferente en el nivel propagandístico y el impacto mediático.

¿Cómo ha visto a Pau Gasol a los siete años de que dejara de entrenarle en Barcelona?

Bien, sobre todo en lo personal, que es lo más importante. En Memphis, tuvo unos inicios brillantes y después fue todo regular. Ahora se le ve no sólo más maduro, sino con más ilusión.

Si le digo "Nadal".

El tenis siempre me ha gustado. Sí que vi a Nadal por la Villa, pero ni se me ocurrió pararme para saludarle, y eso que tenía ganas. Hace tiempo escribí un artículo sobre él en mi página web: Tenis y Baloncesto, segunda parte. Nadal me parece ejemplar, como de otro planeta. No me cansaría de ponerle como ejemplo... Mire, aquí tenemos a Confucio, el símbolo de la sabiduría...

(Y, bajo la estatua de Confucio, posa Alejandro. ¿El entrenador campeón olímpico en Pekín...? Hay respuestas que ni siquiera Confucio podría dar).