El partido con el Rayo se relacionó más con las noches europeas que con el recorrido en la Liga. Rodrygo ofreció sus mejores momentos de una temporada sufrida.
El Madrid procuró que la responsabilidad de su ataque correspondiera a Mbappé, Bellingham y Vinicius. Cumplieron con nota.
El jugador inglés respondió en Girona con la entereza de costumbre. Marcó el primer gol y allanó el camino a la victoria hasta que fue sustituido.
Las bajas no explican el desastroso desempeño del equipo en el primer tiempo y la escasez de ideas en el segundo.
No han pasado dos meses del 0-4 que le infligió el Barça en el Santiago Bernabéu, pero ya tiene el liderato a tiro de piedra.
El delantero francés trasladó en Anfield una imagen de jugador penitente, tristón y dubitativo.
Mbappé marca goles, pero está pesaroso. No termina de encontrar su golpe de pedal. Sin Vinicius ocupará su lugar predilecto, la zona izquierda del ataque, sin competencia. Es un momento crítico para el Madrid, pero ideal para el delantero francés.
España se ha erigido en el mejor equipo del momento después de completar un trayecto infernal frente a los rivales más prestigiosos de Europa.
Contra Osasuna, en las circunstancias más adversas y en un periodo de crisis en los resultados, el Madrid recuperó las señas de identidad perdidas. Fue un caso de máximo compromiso por urgente necesidad.
Se fue Kroos y se le recuerda con una nostalgia enfermiza. Con razón, por lo que parece. Es curiosa la importancia que ha adquirido el jugador alemán en el ánimo de la gente y en el juicio que merece su ausencia.
El Clásico produjo lecturas extremas: acreditó la rápida ascensión del Barça y reiteró las dudas del Madrid. Suele ser un partido sin zonas grises.
El brasileño aprovechó las condiciones del partido para enviar un mensaje clamoroso al Real Madrid, a sus rivales y, en definitiva, al mundo del fútbol. Ahora mismo es el mejor futbolista del planeta.
Modric conserva el talento único que le ha distinguido como uno de los mejores centrocampistas de la historia. Luka aún rinde grandes servicios al Real Madrid.
Un estado mágico del fútbol, raro y generalmente breve, por tanto, es el de los equipos que alcanzan algo parecido a la perfección y la transmiten...
En Murcia se jugó un buen partido y volvieron a detectarse las señales que ahora mismo convierten a la Selección en un combinado especial.
La solución a su ausencia es compleja y en muchos aspectos supera el perjuicio que supusieron las de Courtois y Militao.
El Real Madrid fue menos enérgico que su rival, corrió mucho menos, corrió mucho peor y no encontró las vueltas al partido. Si no holgazaneó, lo pareció.
Cívica fue la respuesta de una amplia mayoría de los aficionados del Atlético al ejercicio de violencia y coacción de los ultras, cuyo interés en el fútbol no es otro que ganar poder centímetro a centímetro.
La lesión de Mbappé provocaría sudores fríos en cualquier otro equipo. Aunque todavía no es el deslumbrante jugador que espera el madridismo, sus destellos son suficientes para intuir la clase de impacto que producirá.
El Madrid es un equipo que necesita desatarse con sus atletas portentosos: Vinicius, Mbappé, Valverde...
Cinco partidos del campeonato español y uno de la Liga de Campeones no han procurado todavía el fútbol que se espera del Madrid, procedente de una gran temporada y repleto de estrellas mundiales.
Ninguna línea funcionó bien ante la Real Sociedad. La defensa permitió remates fáciles, tres de ellos a los palos, el medio campo fue débil en la construcción...
España triunfó en la Eurocopa con un grado máximo de atención a los detalles, especialmente los defensivos. Y esa ha sido la mayor enseñanza en estos dos partidos.
Buena parte de los jugadores vienen castigados por la densidad del calendario de la temporada anterior, que España apuró más que nadie, incluida la versión B del equipo, el olímpico, ganador del oro hace tres semanas.
Los dos goles de Mbappé fueron suficientes para solucionar el 50% del dilema madridista. El otro, el de la armonía en el juego, queda todavía por resolver...
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