¿Quién es José Elías, el millonario dueño de ‘La Sirena’, avalista del Barcelona y empresario energético?

José Elías Navarro es un empresario presidente de Audax Renovables y accionista único de la cadena de congelados La Sirena, además de tener acciones también en otras empresas. Nació en Badalona en 1976 y se formó como ingeniero técnico industrial. En la actualidad, en 2021 ocupó el puesto número 30 de ‘Los 100 españoles más ricos’, con un patrimonio actual de unos 1.000 millones de euros.

Aunque en la actualidad ha logrado un gran patrimonio, esto no siempre fue así, ya que según él, se arruinó hasta en dos ocasiones. “A los 32 años me encontraba en la ruina absoluta, a los 39, compré mi primer Ferrari, a los 42 me convertí en milmillonario”, indica en su página web. En 2009, lazó Orus Energía, una comercializadora que fue comprada por Audax Energía.

Avalista de Joan Laporta

Hace aproximadamente tres años, se hizo especialmente relevante por ser uno de los avalistas financieros de Joan Laporta para su candidatura a la presidencia del FC Barcelona, aportando 35 millones al Club. Otras de las principales empresas de las que es accionista es Aspy Global Services, Atrys Health, Ezentis y Audax Green.

Elías también ha logrado una gran presencia en el mundo de las redes sociales, con miles de seguidores en las diferentes plataformas. Además, también anuncia en su web servicios de asesoramiento empresarial, solventando dudas a otros empresarios y ofreciendo conferencias por distintos lugares.

Su contenido en redes sociales se centra principalmente en contar experiencias propias y ofreciendo diferentes consejos de temática económica y empresarial. También ha participado en numerosos medios de comunicación, donde se ha hecho bastante polémico por declaraciones como las que hizo en Espejo Público, donde afirmaba que “en España hay mucha gente que se arruina”.

“Rico con mentalidad de pobre”

Forbes lo ha calificado en uno de sus artículos como “rico con mentalidad de pobre”, a pesar de que cuenta con un avión privado, un Ferrari y hasta un helicóptero. “La diferencia es que si fuera rico tendría una colección de Ferraris en el garaje, y tan solo tengo uno. Y cuando fui a comprarlo me dieron una bolsita con un cargador, para cargarlo, pensando que lo usaría tan solo el fin de semana y les dije que no, que yo quería el Ferrari para cada día, para ir al Mercadona”, afirmaba.

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