Los cinco medicamentos que pueden causar pérdida de audición
Algunos efectos secundarios poco conocidos pueden poner en riesgo nuestra audición sin previo aviso.

Ciertos medicamentos comunes pueden causar pérdida de audición temporal o incluso permanente, según alertan especialistas citados por The Conversation y Reuters. Aunque lo habitual es asociar fármacos con efectos secundarios como náuseas o mareos, existe un riesgo menos conocido y más grave: la ototoxicidad, es decir, el daño que algunas sustancias provocan en el oído interno.
Este tipo de daño puede afectar tanto la cóclea, responsable de la audición, como el sistema vestibular, que regula el equilibrio. Los síntomas incluyen zumbidos en los oídos, pérdida de audición en sonidos agudos, mareos, vértigo o presión en los oídos. Estos efectos dependen del tipo de medicamento, la dosis, la duración del tratamiento y la sensibilidad individual del paciente.
Entre los más conocidos se encuentran los antibióticos aminoglucósidos, como la gentamicina o la estreptomicina, utilizados para tratar infecciones graves como sepsis o meningitis. Si bien pueden salvar vidas, su uso está directamente relacionado con la pérdida auditiva irreversible, especialmente cuando se administran en dosis altas o durante largos períodos. Otros antibióticos como la eritromicina, la azitromicina o la vancomicina también pueden afectar la audición, sobre todo en personas mayores o con problemas renales.
Los medicamentos para el corazón, como los diuréticos de asa (furosemida, bumetanida), también pueden producir pérdida auditiva temporal al alterar el equilibrio de fluidos en el oído interno. Incluso se ha relacionado el zumbido con fármacos antihipertensivos como el ramipril o la amlodipina, aunque aún hacen falta más estudios para confirmar sus efectos auditivos.
Otro grupo de alto riesgo son los fármacos utilizados en quimioterapia, especialmente aquellos que contienen platino, como la cisplatina o la carboplatina. Estos tratamientos, empleados en distintos tipos de cáncer, pueden causar pérdida auditiva en hasta el 60 % de los pacientes. El riesgo se agrava si se combina con radioterapia en cabeza o cuello.
Los analgésicos comunes como la aspirina, el ibuprofeno, el naproxeno o el paracetamol también han sido vinculados al zumbido y la pérdida de audición. Estudios revelan que el uso regular de estos fármacos, especialmente en mujeres menores de 60 años, aumenta significativamente ese riesgo, aunque en muchos casos los efectos desaparecen al suspender el tratamiento.
Riesgos acumulativos y prevención
También figuran en esta lista los antimaláricos como la cloroquina, la quinina o la hidroxicloroquina, utilizados no solo para la malaria, sino también para enfermedades como el lupus o la artritis reumatoide. Entre un 25 % y un 33 % de quienes sufren pérdida auditiva han consumido estos medicamentos. Si bien algunos efectos son reversibles, el uso prolongado o en dosis elevadas puede generar daños permanentes.
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La pérdida auditiva inducida por medicamentos afecta con más frecuencia a personas con antecedentes auditivos, enfermedad renal, predisposición genética, niños y ancianos, o a quienes toman varios fármacos ototóxicos a la vez. En tratamientos necesarios para enfermedades graves como el cáncer o la tuberculosis, los beneficios suelen pesar más que los riesgos, pero los expertos recomiendan estar atentos a síntomas como zumbido, mareos o sensación de oído taponado y consultar de inmediato al médico.
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