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SOCIEDAD

La mujer que pasó de crear una empresa con 1.000 euros y ahora factura 25 millones al año

Deryl McKissack, empresaria de 62 años, presidenta y CEO de McKissack & McKissack no lo tuvo nada fácil para comenzar su proyecto.

La mujer que pasó de crear una empresa con 1.000 euros y ahora factura 25 millones al año
McKissack & McKissack

Deryl McKissack es una empresaria de 62 años, presidenta y CEO de McKissack & McKissack, la firma de gestión de construcción y diseño con sede en Washington D.C. El legado de la firma se remonta a su tatarabuelo Moses, un fabricante de ladrillos que llegó a Estados Unidos como esclavo en 1790

Sus habilidades y secretos fueron transmitidas de generación en generación, lo que llevó a dos de sus nietos a crear una empresa de construcción en Tennessee, también llamada McKissack & McKissack. Esa empresa sigue en manos de la familia, ahora con sede en Nueva York y dirigida por la hermana gemela de Deryl, Cheryl. “Mi padre siempre nos llevaba a sitios de trabajo, nos llevaba a la oficina. Hablábamos de ello en la mesa”, dice McKissack. “Siempre fue una parte integral de nuestra familia”.

Motivada por el deseo de emprender por su cuenta y de ver más CEO afroamericanas en la industria de la construcción, Deryl retiró 1.000 dólares de su cuenta de ahorros y lanzó su empresa en 1990. Hoy en día, la empresa genera entre 25 y 30 millones de dólares al año, según documentos revisados por CNBC Make It, y maneja proyectos por un valor de 15 mil millones de dólares con oficinas en Chicago, Dallas, Los Ángeles y Baltimore.

El proyecto comenzó siendo misión imposible

Fue difícil porque no tenía un banco que creyera en mí”, dice McKissack. “Me llevó cinco años obtener mi primer crédito de 10.000 dólares. Probablemente fui a 11 bancos que me dijeron ‘no’... [pero] tenía esta pasión por dentro que simplemente tenía que hacer esto, e iba a funcionar”.

A pesar de los nombres idénticos de las empresas, McKissack y su hermana dirigen negocios separados, pero han colaborado en varios proyectos y a menudo “intercambian notas” entre ellas, dice.

Nos apoyamos mutuamente en momentos difíciles. Y es genial tener una hermana gemela que está haciendo lo mismo que yo en una ciudad más grande como Nueva York”, dice.

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