Iron Beam, el arma más sofisticada de Israel

En cuestiones de defensa aérea, actualmente Israel utiliza la Cúpula de Hierro, uno de los sistemas móvil más conocidos del país y que fue desarrollado por Rafael Advanced Defense Systems e Israel Aerospace Industries. Se basa en el uso de misiles Tamir y su objetivo es interceptar y destruir cohetes y proyectiles artilleros. No obstante, tiene un grave inconveniente: cada disparo cuesta aproximadamente 100.000 dólares.

Además de su elevado coste, los militantes de Gaza han descubierto que si hacen ataques múltiples, en vez de aislados, consiguen sobrepasar las capacidades de detección del sistema. Es por ello que Israel necesita un nuevo sistema de defensa mejorado, es ahí cuando entra en juego el Iron Beam.

El sistema Iron Beam tiene grandes similitudes con la Cúpula de Hierro, al ser elaborados por la misma empresa israelí, Rafael Advanced Defense Systems, ambos pueden destruir misiles, drones e incluso granadas de mortero. Sin embargo, este nuevo arma cuenta con una clara ventaja con respecto a la anterior: cada disparo tiene un precio de 3,50 dólares. La incorporación de este sistema en la militancia israelí supone una reducción significativa en el presupuesto de defensa.

Cualidades del Iron Beam

Según informa La Razón, se trata de un rayo láser de enorme potencia, con un total de 100 kW que asegura la destrucción inmediata del proyectil enemigo en el momento que impacta contra él. Su fabricante ha asegurado que esta cifra podría verse incrementada hasta 300 kW, pero afirma que con la potencia actual podría apuntar a un objetivo minúsculo, del tamaño de una moneda, a unos 10 kilómetros de distancia.

El económico precio de sus disparos lo convierten en la principal opción de defensa aérea israelí. Además, su precisión para alcanzar objetivos de forma eficaz y la flexibilidad para colocarse en cualquier plataforma desbancan a la Cúpula de Hierro. No obstante, cuenta con una serie de desventajas a tener en cuenta.

Inconvenientes del Iron Beam

Una de las cosas que tiene que mejorar este sistema de defensa es su dependencia a las condiciones climáticas. Según explica Uzi Rubin, un ingeniero espacial y experto en defensa, si el cielo está despejado el sistema funciona con total normalidad, pero si hay nubosidad se dificulta considerablemente tener una precisión adecuada.

Además, los disparos son efectivos a poca distancia, por lo que si se pretende alcanzar objetivos que están considerablemente lejos, el láser se dispersa y hay menos probabilidades de éxito. En este contexto, el láser funciona subiendo la temperatura de los misiles hasta hacerlos explotar, para lo que necesita por lo menos 5 segundos. En cuestiones de guerra, esto puede suponer mucho tiempo y numerosos heridos y daños, por lo que el grado de efectividad es bajo.

Finalmente, debido a su modo de funcionamiento, es poco probable que pueda lidiar con varios objetivos a la vez, lo cual es algo imprescindible dada la guerra actual entre Israel y Hamás. No obstante, los fabricantes del láser todavía están trabajando en diversas modificaciones que permitan mejorar esta sofisticada arma.