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Dónde está la Abadía de Westminster, el lugar de la coronación del rey Carlos III
La Abadía de Westminster se encuentra al norte del río Támesis. Es conocida por ser el lugar donde se celebran las coronaciones, funerales y demás actos institucionales de Inglaterra.
La Abadía de Westminster es una iglesia anglicana que se encuentra en el distrito de Westminster, en la ciudad de Londres, al norte del río Támesis. Es conocida por ser el lugar donde se celebran las coronaciones, funerales y demás actos de carácter institucional de Inglaterra. En este caso, será el lugar donde se celebre la coronación del rey Carlos III de Inglaterra.
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En la actualidad, se trata de un edificio de estilo gótico y su nombre formal es Iglesia Colegiata de San Pedro. En 1987, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, junto a la Iglesia de St Margareth y las Casas del Parlamento.
El final del Imperio Romano de Occidente a finales del siglo V d.C. dio paso a las invasiones bárbaras. La antigua provincia de Britania fue ocupada por los anglosajones, al tiempo que el Cristianismo comenzaba expandirse por toda Europa desde Constantinopla, capital del Imperio Romano de Oriente.
El origen de la Abadía de Westminster
En el año 596, el Papa Gregorio Magno envió una misión cristiana a los anglosajones. Esta misión está liderada por el monje benedictino Agustín de Canterbury, primer arzobispo de Canterbury, considerado como el apóstol de Inglaterra y uno de los padres de la Iglesia latina. La influencia del Cristianismo se extendió hasta llegar a la antigua capital romana de la provincia, Londinium. Allí se erigió una iglesia dedicada a San Pablo como nueva sede episcopal en el perímetro romano amurallado.
La leyenda sitúa su origen en la fundación de un santuario en la isla de Thorney a principios del siglo VII d.C. El edificio fue consagrado a San Pedro tras la visión del apóstol por un pescador de la zona. Este lugar se convirtió más tarde en un monasterio benedictino. Siglos más tarde, durante la invasión y conquista vikingas, Eduardo el Confesor se hace con el trono inglés tras haber sido desterrado a Normandía. Durante el exilio, prometió peregrinar a Roma si su familia recuperaba el trono en Britania. No obstante, el papa León IX, debido a la inestabilidad política del lugar, le pidió que no lo hiciese y que, a cambio, subvencionase y ampliase el monasterio de Thorney. El rey construyó una abadía contigua al centro religioso que pronto comenzaría a llamarse “West Minster”, la iglesia del oeste, para diferenciarla de su homónima del este, la de San Pablo erigida en La City.
Así nació la Abadía de Westminster en el año 1051, de estilo románico, aunque Eduardo el Confesor no pudo asistir a su inauguración por una grave enfermedad de la que murió días más tarde. El difundo rey fue enterrado en la Abadía y, años más tarde, Guillermo el Conquistador fue proclamado rey también allí. Una tradición que, salvo contadas excepciones, siempre se ha cumplido.
Sólo dos monarcas en la historia del país no han sido coronados aquí. Eduardo V (1483) fue titulado soberano pero no coronado por ser menor de edad. Y no vivió para ello puesto que fue presuntamente asesinado por su tío y heredero al trono, Ricardo III. La felicidad del nuevo rey duraría poco, puesto que moriría dos años después en la batalla de Bosworth.
El segundo monarca que no fue entronizado en la Abadía de Westminster es el controvertido Eduardo VIII, tío de la difunta reina Isabel II. Asistió a su ceremonia de proclamación desde una de las ventanas del Palacio de San James, junto a su amante, la plebeya Wallis Simpson. La presión popular haría que el monarca abdicase un año después en favor de su hermano, Jorge VI, en 1936, sin haber sido coronado.
La arquitectura actual del edificio
El actual edificio, de estilo gótico, es obra del rey Enrique III, a imagen y semejanza del ideal arquitectónico francés y las nuevas edificaciones catedralicias de Canterbury, Winchester y Salisbury. La idea era crear un centro religioso que a su vez sirviese de lugar majestuoso para las coronaciones y como mausoleo real. La nave, al igual que la Catedral de San Pablo de Londres (la “del este”), tiene forma de cruz en recuerdo a la crucifixión de Jesús. El edificio tiene una capilla en honor a San Eduardo el Confesor.
Las obras se alargarían hasta el siglo XIV. No obstante, la abadía fue alterada por Enrique VII, con una nueva capilla dedicada a la Virgen en 1503, conocida como Lady Chapel. La católica reina María, nieta de los Reyes Católicos, devuelve la iglesia a los benedictinos, ya como catedral en 1540. Su sucesora, la reina Isabel I modifica la decisión de María y devuelve el estatus de Iglesia Colegiata de San Pedro bajo la jurisdicción directa de la corona.
Tras la ejecución de Carlos I, Oliver Cromwell instaura en 1649 una república denominada Commonwealth. El dirigente fue enterrado aquí y, a partir de entonces, se populariza el enterramiento de personalidades célebres en la abadía. Por nombrar algunos: Isaac Newton, Robert Blake, Lord Byron, Charles Dicken, Henry James, David Livingston, Geoffrey Chaucer... De hecho, uno de los lugares con más encanto de la Abadía de Westminster es “el rincón de los poetas”, una zona en donde se encuentran las tumbas y mausoleos de los más grandes escritores de la literatura del país. También se puede ver el Trono de San Eduardo, el lugar donde se sientan los soberanos para ser coronados por el Arzobispo de Canterbury. Las dos torres junto a la entrada, en la fachada oeste, no se completaron hasta 1745, y mantienen la estética gótica del edificio.