El sueño de mucha gente es poder ganar la lotería algún día, pero lo que es un paraíso para algunos puede ser toda una pesadilla para otros. Este fue el caso de Billie Bob Harrell Jr., un hombre de Texas que ganó 31 millones de dólares en junio de 1997. Fue el único que tenía el boleto ganador, pero lo que nadie sabía era que tan solo dos años después este sería encontrado muerto por su hijo.

Antes de resultar ganador, Billie trabajaba en Home Depot en el condado de Harris. Este había sido despedido anteriormente de varios trabajos y estaba teniendo dificultades para mantener a su esposa y a sus tres hijos. Por ello, decidió jugar la lotería con la esperanza de que pudiera cambiar su vida, para lo que utilizaba una combinación de números basada en las fechas de nacimiento de sus hijos.

A la edad de 47 años, este hombre se convirtió en millonario de la noche a la mañana, puesto que ganó el mayor premio de Lotto Texas, consiguiendo así 31 millones de dólares.

¿Qué hizo con tanto dinero?

Billie empleó su premio para hacer numerosos regalos propios y ajenos. Compró casas y coches a sus familiares y amigos más cercanos, pagó a su familia unas vacaciones en Hawaii e hizo grandes contribuciones a su iglesia y a los miembros de la congregación. Se ganó tal generosa reputación que cada vez más gente acudía a Bob en busca de ayuda financiera, llegando a un punto donde hasta los extraños le pedían dinero con total confianza.

Estas circunstancias monetarias provocaron graves problemas con su familia, puesto que en 1998 su esposa, cansada de una situación insostenible, le pidió el divorcio. Además, con la ayuda de un abogado, esta consiguió un acuerdo para dividir las ganancias de la lotería y quedarse con la custodia de sus hijos. Finalmente, con el paso del tiempo el dinero se terminó.

“Ganar la lotería es lo peor que me ha podido pasar”, dijo Billie Bob a un amigo, según recoge El País.

Un triste final

Billie entró en una depresión al verse totalmente solo ante un posible regreso a la pobreza. Intentó reconciliarse con su exmujer, pero esta lo rechazó. Profundamente infeliz y solitario, el 22 de mayo de 1999, tan solo veinte meses después de haber ganado la lotería, el hombre acabó con su vida.

Fue su hijo mayor el que lo encontró muerto en la habitación. Según el informe del forense, Billie cometió suicidio disparándose a sí mismo con su escopeta. Sin embargo, su madre siguió manteniendo años después que en realidad se trató de un asesinato encubierto.