Acuerdo histórico de la UE para la compra “urgente” de armamento militar
Los líderes europeos aceleran la adquisición de misiles, artillería, drones y sistemas de defensa.
Los líderes de la Unión Europea han alcanzado un acuerdo para agilizar la compra de armamento con carácter de urgencia. En un contexto de crecientes tensiones geopolíticas y ante la amenaza de Rusia, el Consejo Europeo ha ratificado la necesidad de fortalecer sus capacidades militares, incluyendo la adquisición de misiles, artillería, drones y sistemas de defensa aérea o de ataque de precisión.
En la reunión celebrada en Bruselas, los presidentes y primeros ministros de los 27 Estados miembro acordaron dar inicio inmediato a la “implementación de las acciones identificadas” en sus conclusiones del 6 de marzo de 2025. Este plan pretende robustecer la defensa de Europa frente a la posibilidad de un ataque ruso a un país de la OTAN antes de 2030, una preocupación recientemente expresada por la Comisión Europea.
Uno de los puntos clave del acuerdo es la financiación del incremento armamentístico. En el documento aprobado por los 27, se menciona la necesidad de “proseguir los trabajos sobre las opciones de financiación pertinentes”. Sin embargo, esta afirmación ha generado interpretaciones divergentes entre los países. Desde España, el gobierno de Pedro Sánchez considera que la propuesta podría incluir Eurobonos a fondo perdido, similares a los utilizados en el Plan de Recuperación Económica. Los países del norte de Europa, en cambio, insisten en que esta posibilidad no está sobre la mesa y que el financiamiento debe provenir de los fondos ya disponibles. La Comisión Europea mantiene una posición ambigua, reconociendo que los hasta 800.000 millones de euros contemplados en el Libro Blanco de Defensa son un “punto de partida”.
Our sense of urgency and common direction are clear.
— Ursula von der Leyen (@vonderleyen) March 20, 2025
We are following up on our commitment to boost defence investment, with concrete steps.
For our citizens. For our security. For our Union ↓ https://t.co/NqbEb1lqd6
A la par de este debate, España e Italia han liderado un esfuerzo por modificar la terminología del plan de defensa. Ambos gobiernos, liderados por Pedro Sánchez y Giorgia Meloni, han insistido en eliminar la palabra “rearme” de los documentos oficiales, argumentando que podría generar incomodidad en sus respectivos electores.
Un acuerdo alineado con la OTAN
El documento final enfatiza la complementariedad entre la UE y la OTAN, dejando claro que el fortalecimiento de la defensa europea no implica una ruptura con la alianza transatlántica. “El Consejo Europeo recuerda que una Unión Europea más fuerte y más capaz en el ámbito de la seguridad y la defensa contribuirá positivamente a la seguridad mundial y transatlántica y es complementaria de la OTAN, que sigue siendo, para los Estados que son miembros de ella, el fundamento de su defensa colectiva”, indica el texto.
Este enfoque busca tranquilizar a los aliados occidentales, especialmente a Estados Unidos, que ha manifestado preocupaciones sobre la posibilidad de una política de defensa europea independiente que pudiera debilitar la cohesión de la OTAN.
La aceleración en la compra de armamento se da en un momento en el que la amenaza de Rusia es cada vez más tangible. La Comisión Europea alertó recientemente sobre el riesgo de un ataque ruso a un país de la OTAN antes de 2030, lo que ha generado una mayor sensación de urgencia entre los líderes europeos. El refuerzo del arsenal militar es visto como una estrategia disuasoria ante las crecientes tensiones con Moscú. La invasión de Ucrania en 2022 marcó un punto de inflexión en la seguridad europea, y desde entonces, la UE ha trabajado en el fortalecimiento de sus capacidades defensivas, aunque hasta ahora con limitaciones presupuestarias y políticas.
El acuerdo alcanzado por la UE supone un paso histórico en la consolidación de una política de defensa común. La decisión de acelerar la compra de armamento refleja la preocupación por la seguridad del continente y el compromiso de los Estados miembro por reforzar sus capacidades militares. Sin embargo, el reto ahora estará en la implementación de estas medidas y en la resolución de las diferencias sobre la financiación y la narrativa política del “rearme”.
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