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POLÍTICA

Niño Becerra explica la razón del adelanto electoral

El prestigioso economista atribuye a las exigencias fiscales de Bruselas el aliciente para adelantar los comicios al mismo mes que España asume la presidencia del Consejo Europeo.

Actualizado a
El economista Santiago Niño-Becerra

Desde que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciase el adelanto de los comicios generales, los politólogos han sacado brillo a todo tipo de teorías que buscan explicar semejante maniobra estratégica. Algunas apuntan a un intento de aglutinar el espacio que hay a la izquierda del PSOE, otras a propiciar unos pactos entre PP y Vox que dibujen al ejecutivo de Sánchez como única alternativa.

Y sin que ninguna de las dos anteriores resulte falsa, el adelanto electoral ha encontrado otras lecturas a medida que han pasado los días. Más allá del plano político, las visiones económica y europea han ganado terreno por el factor común que une ambas: la presidencia rotatoria del Consejo Europeo que asume España el próximo mes de julio y que mantendrá hasta concluir el año.

Exigencias fiscales de Bruselas detrás del 23J

En esa línea ha deslizado su clásico escepticismo el catedrático en Economía, Santiago Niño Becerra, cuyos vaticinios se han vuelto valiosas predicciones desde que acertase con el estallido de la crisis de 2008. Aunque nunca ha estado lejos del plano mediático, en los últimos meses sus análisis han adquirido más fuerza todavía por la incertidumbre sobre la que camina la política española. Pensiones, desempleo, productividad, deuda o déficit son algunos de los temas más habituales en sus estudios. Precisamente, el último explicaría el adelanto de las elecciones de final de año al caluroso 23J.

El economista ha juzgado las exigencias fiscales de Bruselas como el telón de fondo que da pie a la decisión de Sánchez. Y ahí ha abierto dos líneas “al margen de estrategias políticas”. La primera de ellas, asegura en un hilo de Twitter, para “evitar que España pudiera entrar en un aumento de gasto en los meses que restaban hasta diciembre”.

En cuanto a la segunda, explica que desde el seno de la Comisión Europea prefieren “contar con un gobierno estable a partir de septiembre para tomar las medidas de ajustes, recortes y aumentos de impuestos que España va a tener que tomar para cumplir compromisos de reducción de déficit y deuda”. Es decir, que el gobierno que asuma la presidencia rotatoria en verano se comprometa con unos objetivos que no vayan a peligrar en invierno por un supuesto cambio en Moncloa.

Así, desde Bruselas ‘restarían’ importancia al sello político para valorar la economía como pilar que sustenta el futuro de la Unión. Claro está, junto a todo un ecosistema normativo común que permita los límites que la presidencia fije. “El color político del Gobierno del país le da igual (a Bruselas), lo que le importa es que sea estable”, comenta; a lo que añade en un flashazo el retrato político resultante de los últimos comicios: “Y la situación actual en España tras el 28M era compleja”.

De esta forma, Niño Becerra realiza la lectura desde los lentes numéricos y monetarios, poniendo en primer plano dicho valor. “Pienso que la economía ha sido fundamental en el adelanto electoral, pero no tanto la economía de España del hoy o la del otoño como el panorama que habrá que afrontar en los próximos años”. Y es que, a fin de cuentas, lo contrario sería ignorar la relevancia que encierra la presidencia de la Unión.