EEUU responde al ataque ruso a un buque de Palau
Washington califica como “inaceptable” que Rusia abriera fuego de advertencia contra el buque de carga que se dirigía a Izmail.
El Departamento de Estado de Estados Unidos ha calificado de “inaceptable” el reciente episodio protagonizado por las fuerzas rusas cuando el pasado fin de semana abrió fuego de advertencia contra un buque de carga turco con bandera de Palau que se dirigía al puerto ucraniano de Izmail.
El portavoz adjunto del Departamento de Estado, Vedant Patel, ha asegurado que la decisión de Rusia de considerar todos los buques que naveguen por el mar Negro con destino a los puertos ucranianos como transportes de carga militar es “una escalada inaceptable” y muestra que Moscú intenta frenar el traslado de grano.
“Estamos preocupados por que el Ejército ruso pueda ampliar sus objetivos contra las instalaciones de grano de Ucrania e incluir ataques contra embarcaciones civiles en el mar Negro”, ha expresado el portavoz, quien ha instado a Rusia a volver a unirse al acuerdo de exportación de grano.
“Esto es lo que funciona”, ha subrayado Patel, quien ha cifrado en 32 millones las toneladas de grano que pudieron distribuirse de manera segura mientras duró el acuerdo. “Esto jugó un papel importante en la estabilización de los precios mundiales”, ha apuntado.
La negativa de Rusia a renovar el pacto del grano
La respuesta de Estados Unidos llega después de que Rusia disparase contra un carguero con bandera de Palau Sukru Okan que se dirigía a un puerto ucraniano. Hasta hace unos meses esta situación era impensable debido al acuerdo para la exportación de grano, pero la negativa de Rusia a renovar el pacto ha llevado la tensión de nuevo al mar Negro, controlado por Moscú.
El acuerdo había permitido exportar el cereal ucraniano a todo el mundo desde varios puertos del país a pesar de la guerra. Firmado por Kiev y Moscú y supervisado por Turquía y la ONU, Rusia rechazó renovarlo el pasado mes de julio a pesar de la importancia que tiene este alimento para países desfavorecidos.
El secretario general de la ONU, António Guterres, aseguró entonces que la decisión de Rusia sería “un golpe para los necesitados en todas partes”. “Cientos de millones de personas se enfrentan al hambre y los consumidores se enfrentan a una crisis global del coste de la vida. Ellos pagarán el precio”, señaló.