Mueren en un mes dos hermanos de Antonio Anglès, principal sospechoso del ‘caso Alcàsser’
Según informa Las Provincias, Enrique y Roberto han fallecido a causa de sendas enfermedades. El caso sigue abierto después de tres décadas.
Este pasado día 5 de septiembre se cumplieron 25 años de la sentencia del ‘caso Alcàsser’, que causó un gran revuelo en la sociedad española. Miguel Ricart fue condenado a 170 años de cárcel después del secuestro, violación, tortura y asesinato de Miriam, Desiré y Toñi, aunque finalmente fue puesto en libertad en noviembre de 2013.
Antonio Anglés, el otro implicado en el caso y principal culpable, desapareció sin dejar rastro alguno el 13 de marzo de 1993, por lo que no pudo ser juzgado. La principal teoría es que, tras ser descubierto, se subió a un barco y posteriormente se lanzó al agua y murió ahogado. Pero en febrero del año pasado la justicia reactivó su búsqueda, y desde hace ya casi tres décadas es el prófugo más buscado de España.
Ahora, según informa el diario valenciano Las Provincias, dos de sus hermanos, Enrique y Roberto, han muerto en menos de un mes. En su momento, la Guardia Civil descartó su participación en el triple asesinato en los años 90, que cambió la historia de nuestro país debido a su gran repercusión mediática. Según el citado medio, fallecieron por sendas enfermedades después de un periodo de hospitalización en el que sufrieron un deterioro físico.
Sospechosos en un primer momento
La jueza, mientras tanto, mantiene la investigación abierta y trata de cotejar los restos de ADN hallados en diversos escenarios del crimen, como la caseta de La Romana, la fosa o en la ropa de las víctimas con el perfil de uno de ellos. En su momento, ambos hermanos fueron considerados como sospechosos de haber participado en el triple asesinato. Se llegó a encontrar un volante de la Seguridad Social a nombre de Enrique, si bien más tarde se supo que Antonio Anglès usaba la identidad de su hermano.
A principios de este año, el 27 de enero, se cumplieron 29 años del hallazgo de los cadáveres de las niñas Miriam, Toñi y Desiré, todas ellas de entre 14 y 15 años, tras haber desaparecido dos meses antes. Fueron encontradas por dos apicultores semienterradas en un paraje próximo al pantano de Tous, conocido como La Romana.