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ACTUALIDAD

Muere el Indio Tanaru, que llevaba 26 años sin contacto con la civilización

El indígena de la selva amazónica de Brasil era el último de su comunidad. Los primeros indicios apuntan a una muerte natural.

FILE PHOTO: Pahnin Mekragnotire, a 40-years-old indigenous man of the Kayapo tribe, observes logs left by loggers during a surveillance patrol the Menkragnoti Indigenous Land to defend their territory against attacks by loggers and miners at the Krimej village in southwestern Para state, Brazil, September 7, 2021. Picture taken September 7, 2021. REUTERS/Lucas Landau/File Photo
LUCAS LANDAUREUTERS

Desde hace más de 26 llevaba viviendo solo, en un aislamiento voluntario, en la selva amazónica de Brasil. El ‘indio del agujero’, también conocido como ‘indio Tanaru’ ha fallecido, aparentemente, por causas naturales, según han informado fuentes oficiales. El indígena, el último superviviente de su comunidad, una etnia desconocida, fue encontrado muerto en su hamaca.

Los hechos ocurrieron el pasado 23 de agosto, cuando hallaron dentro de su choza su cuerpo sin vida, tal y como indicó la Fundación Nacional del Indio (Funai) en un comunicado. “No había rastros de la presencia de personas en el sitio, ni se vieron marcas en el bosque a lo largo del camino”, explica Funai, que durante estos años ha vigilado y protegido al indio en el estado de Rondonia.

El hombre fue encontrado en esta región, en la tierra indígena Tanaru, cerca de la frontera con Bolivia, hace ya 26 años. En este tiempo ha tratado de esquivar todo contacto con la sociedad, llegando a construir agujeros profundos con estacas afiladas. Hace cuatro años fue grabado por un equipo del Gobierno en un encuentro casual.

Seguimiento de sus pasos

La organización explica que no había indicios que revelaran la implicación de otras personas en su muerte, puesto que no hallaron señales de violencia y los utensilios empleados por el hombre fueron encontrados en su lugar habitual. Los peritos de la Policía fueron los primeros en realizar una inspección del cadáver, que posteriormente será sometido a una autopsia por parte de un médico forense.

En estos años las autoridades realizaron un seguimiento y monitoreo del indígena, para el que emplearon drones y un escáner en tres dimensiones. También, en sus trabajos, recolectaron varios vestigios del lugar donde vivía, que ahora serán analizados. En este tiempo, Funai ha logrado identificar 53 chozas en las que vivió el hombre, todas con una única puerta y un hoyo en su interior, lo que le valió el apodo por el que era conocido.

En la selva de Brasil se han identificado, al menos, 114 pueblos indígenas, que viven aislados y sin contacto alguno con los no indios. La organización Survivor asegura que el resto de la población de Tanaru, una pequeña isla de bosque, fue masacrada en ataques que ocurrieron en la década de los setenta. “Nadie del exterior conocía el nombre de este hombre, y ni siquiera se sabía mucho sobre su pueblo”, asegura Fiona Watson, directora de investigación de Survival.