NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

ACTUALIDAD

Hallazgo histórico en el ADN más antiguo conocido: revelan un ecosistema paradisiaco

En total, 41 muestras útiles halladas en arcilla y cuarzo, aunque no todas se han descubierto ahora, ya que algunas fueron tomadas en 2006 y en estos últimos 15 años han permanecido almacenadas.

Actualizado a
Hallazgo histórico en el ADN más antiguo conocido: revelan un ecosistema paradisiaco
BETH ZAIKEN/BETHZAIKEN.COM

Los científicos descubrieron en el extremo norte de Groenlandia el ADN más antiguo conocido y lo utilizaron para recomponer un ecosistema que existió hace dos millones de años. En la actualidad, el lugar del hallazgo es un desierto polar situado en una zona conocida como la formación de Kap Kobenhavn, pero en aquel entonces era un paisaje exuberante de árboles y vegetación con una gran variedad de animales.

El estudio abre la puerta a un pasado que básicamente se ha perdido”, exhibió el autor principal Kurt Kjaer, que también es geólogo y experto de glaciares de la Universidad de Copenhague. Y es que se trata de información genética un millón de años más antigua de lo que se había logrado nunca (hasta la fecha el récord lo tenía material extraído de un hueso de mamut siberiano que vivió hace un millón de años). En total, 41 muestras útiles halladas en arcilla y cuarzo, a pesar de que no todas se han descubierto ahora, ya que algunas fueron tomadas en 2006 y en estos últimos 15 años han permanecido almacenadas.

40 investigadores de siete países

El exhaustivo trabajo para secuenciar estos pequeños fragmentos ha implicado a 40 investigadores de siete países y sus resultados protagonizan la portada de la revista científica ‘Nature’. El retrato de este paisaje prehistórico dibuja un paisaje en el que se incluyen tanto plantas como animales y microorganismos que, en algunos casos, los científicos han podido relacionar estos ejemplares con especies o género conocido en la actualidad.

Debido a las dificultades para encontrar fósiles de animales, los investigadores extrajeron ADN ambiental, también conocido como eDNA, de muestras del suelo, el cual es un material genético que los organismos arrojan a su entorno, por ejemplo, a través del cabello, los desechos, la saliva o los cadáveres en descomposición.

El estudio puede proporcionar claves para especies en peligro de extinción

“Las muestras se hallaron enterradas a gran profundidad, en sedimentos acumulados a lo largo de 20.000 años. El sedimento acabó conservándose en el hielo y el permafrost y, lo que es más importante, no fue alterado por el ser humano en dos millones de años”, expresó con felicidad Kjaer.

El estudio del ADN vegetal descubierto puede proporcionar claves para hacer que algunas especies en peligro de extinción sean más resistentes. “Es posible que la ingeniería genética pueda imitar las estrategias desarrolladas por plantas y árboles hace dos millones de años para sobrevivir en un clima caracterizado por el aumento de las temperaturas y evitar la extinción de algunas especies”, manifestó Kjaer.

Abre la posibilidad de estudio en múltiples disciplinas

Esa es una de las razones por las que este avance es tan significativo, ya que podría también revelar formas para intentar contrarrestar el impacto devastador del calentamiento global. Además, los autores argumentan que algunos de los fragmentos de ADN han sido fáciles de clasificar como pertenecientes a antecesores de especies actuales, pero que en otros sólo se ha podido determinar un vínculo de parentesco con géneros actuales y algunos proceden de especies imposibles de ubicar en las bibliotecas de ADN.

Indudablemente, la secuenciación de material tan remoto abre nuevas fronteras para el estudio en múltiples disciplinas. “Ahora que hemos logrado extraer ADN antiguo de la arcilla y el cuarzo, es posible que estos materiales hayan conservado ADN antiguo en ambientes cálidos y húmeros en yacimientos encontrados en África; es posible que podamos reunir información sobre el origen de muchas especies, quizá incluso pueda aportar nuevos conocimientos sobre los primeros humanos y sus antepasados”, concluyó.