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Hallan un nuevo origen del Stonehenge

Una nueva investigación sobre este monumento megalítico revela que pudo ser construido como una conexión con el más allá y el solsticio de invierno. La teoría proviene de Juan Antonio Belmonte y Giulio Magli.

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Hallan un nuevo origen del Stonehenge
UnSplash

Stonehenge ha vuelto a estar en el punto de mira recientemente. Según una nueva investigación de la Universidad de Cambridge, este monumento megalítico tipo crómlech, construido entre el final del Neolítico y principios de la Edad del Bronce, estaría estrechamente vinculado a la conexión entre el más allá y el solsticio de invierno.

Es decir, sería una especie de “puerta de entrada” al más allá. Esta noticia llega cuatro milenios después de la construcción de este yacimiento arqueológico, ubicado cerca de Amesbury, en el condado de Wiltshire, Inglaterra, a unos trece kilómetros al norte de Salisbury.

¿De dónde procede la teoría?

La teoría proviene de dos arqueastrónomos, el español Juan Antonio Belmonte, del Instituto de Astrofísica de Canarias y la Universidad de La Laguna en Tenerife, y del italiano Giulio Magli, de la Universidad Politécnico de Milán. Según estos expertos, su hipótesis explicaría la función por la que fue construido el monumento.

“Los arqueólogos tienen una imagen muy definida de este monumento como ‘lugar de los antepasados’. La arqueoastronomía, que a menudo utiliza imágenes de satélite para estudiar la orientación de los sitios arqueológicos antiguos, tiene un papel clave en esta interpretación, ya que Stonehenge muestra una alineación astronómica con el sol en relación tanto con el amanecer del solsticio de verano como con el atardecer del solsticio de invierno”, exhiben desde el Politécnico de Milán en un comunicado.

Interés simbólico por el ciclo solar

Así, su construcción explicaría el interés simbólico de los constructores de Stonehenge por el ciclo solar, posiblemente relacionado con las fuertes conexiones entre el más allá y el solsticio de invierno en las sociedades neolíticas que fueran tan populares en la época de su construcción.

Esta argumentación estaría lejos de corroborar que el monumento fuera utilizado como un calendario solar gigantesco, tal y como ha propuesto una reciente teoría publicada en la reputada revista Archaeology Journal Antique. Según este nuevo estudio, el monumento representaría un calendario idéntico al alejandrino basado en los 365 días al año, divididos en 12 meses de 30 días más cinco días epagomenales, con la inserción de un año bisiesto cada cuatro años.

“El monumento vuelve a su papel de testigo silencioso como paisaje sagrado”

El estudio con sus teorías ha sido sometido a una severa prueba de estrés en la que se analizó el elemento astronómico, además de la numerología de la estructura. Tras ello, ambos aseguraron que atribuir significados a los números de un monumento es siempre arriesgado.

“En definitiva, el supuesto calendario solar neolítico de Stonehenge ha resultado ser una construcción puramente moderna, cuyas bases arqueastronómicas y calendáricas son escasas. Como sucedió ya varias veces en el pasado, el monumento vuelve a su papel de testigo silencioso como paisaje sagrado, un papel que no resta valor a su extraordinario encanto”, concluyeron los dos expertos.