El nuevo impuesto que entra en vigor el 1 de enero de 2023 para financiar las pensiones

Este 1 de enero entra en vigor un nuevo impuesto. Se trata del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), un tributo que sustituye al antiguo Factor de Sostenibilidad, y que tiene como fin reforzar el sistema de pensiones. Para hacerlo, los trabajadores deberán hacer una aportación extra en su cotización mensual.

Esta iniciativa, que afecta a todos los trabajadores dados de alta en la Seguridad Social, es un mecanismo que combina distintos elementos que permitirán, a partir de ahora, repartir de un modo “equilibrado”, de acuerdo a la Seguridad Social, el esfuerzo entre generaciones.

Tendrá dos componentes. El primero pasa por reactivar el Fondo de Reserva de la Seguridad Social. Se llevará a cabo con una aportación del 0,6% del salario —un 0,5% correrá a cuenta de la empresa y el 0,1% restante del trabajador— entre este 2023 y 2032. Y, a partir de 2033, actuará de “válvula de seguridad” para el sistema.

Este nuevo impuesto se aplicará en la nómica como un nuevo concepto de cotización. Este gravamen tanto los trabajadores como los autónomos en su cuota mensual como trabajadores por cuenta propia. En el caso de estos últimos, los sindicatos calculan que le supondrá una media de unos 5 euros al mes. Mientras, a los trabajadores, sobre un salario de 2.000 euros brutos, se calcula que en base a este impuesto se pagarán unos 12 euros, de los cuales 10 los asumirá la empresa y 2 el propio empleado.

Más equitativo con los jóvenes

El MEI, a diferencia de su predecesor —el Factor de Sostenibilidad—, recae sobre los ingresos y no sobre las prestaciones. Asimismo, el MEI es de aplicación contingente y temporal. Es decir, que se activa únicamente cuando es necesario y durante un período de tiempo determinado. En este sentido, el Ejecutivo se está preparando para la inminente jubilación de la generación del baby boom —los nacidos entre 1957 y 1977—.

La retribución a pagar es la misma por todos los trabajadores, independientemente de la edad. Por lo tanto, es “más equitativo en términos generacionales”, según Moncloa, puesto que, de esta manera, el esfuerzo queda distribuido entre las distintas generaciones.