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ECONOMÍA

Niño Becerra avisa de una situación que puede “empobrecer a la mayoría”

“La degradación climática y medioambiental que ya estamos teniendo es consecuencia de los modelos económicos escogidos”, exhibió en su cuenta de Twitter. Para revertir esa situación, ahora toca empobrecernos.

Santiago Niño Becerra

El reputado economista Santiago Niño Becerra ha vuelto a estar en boca de todos. Esta vez por su opinión sobre los tipos de degradación climática y medioambiental existentes en la actualidad, los cuales se están convirtiendo en amenazas existenciales para la humanidad, con claras implicaciones para el sector de la seguridad.

Y es que es probable que los ecosistemas degradados y la escasez de recursos naturales afecten a la seguridad alimentaria y a las posibilidades de subsistencia, aumenten la competencia y los conflictos, y generen en todo el mundo un riesgo de desestabilización de la paz y la seguridad.

“No es consecuencia de una maldición mágica”

Las catástrofes naturales y las condiciones meteorológicas extremas pueden impedir que las fuerzas de seguridad mantengan la seguridad en las zonas afectadas. Las personas que se encuentran en entornos vulnerables y frágiles, donde la gestión de los asuntos públicos es débil o inexistente, son las que más sufrirán.

No es consecuencia de una maldición mágica, sino de los modelos económicos escogidos (fíjense que no digo del sistema: el capitalismo podría haber escogido otros modelos)”, exhibe en su cuenta de Twitter para dar comienzo a su argumentación.

Los modelos parten de dos bases

Según este experto, todos los modelos seguidos desde la Primera Revolución Industrial han partido de dos bases: en primer lugar, que en la Tierra había todo lo que hiciese falta en cantidad ilimitada, por lo que era barato, y en segundo lugar, que el entorno natural era un basurero infinito en el que arrojar los desperdicios a coste cero.

Este fue un proceso de transformación económica, social y tecnológica que se inició en la segunda mitad del siglo XVIII en el Reino de Gran Bretaña, que se extendió unas décadas después a gran parte de Europa Occidental y América Anglosajona, y que concluyó entre 1820 y 1840. Durante este periodo, se apreció el paso de una economía rural basada fundamentalmente en la agricultura y el comercio a una economía de carácter urbano, industrializada y mecanizada.

“Infierno climático”

Desde 1870, y sobre todo desde 1955, el crecimiento “ha sido como nunca antes”, pero desde hace años empiezan a haber “escaseces de commodities” y cada vez estamos más cerca de un “infierno climático”, con todas las consecuencias negativas que esto conlleva.

“¡Ojo!: no echemos la culpa a nadie: porque crecimos lo que crecimos y como crecimos las cosas del clima han llegado donde han llegado; lo que sucede es que para revertir esa situación en lo que se pueda ahora toca empobrecernos, o al menos, que se empobrezca la inmensa mayoría (la totalidad, nuca: recuerden la metáfora Elysium). En Elysium la metáfora nos lleva a territorio más cercano, teniendo como tema central la migración de zonas de extrema pobreza a mejores praderas y la brecha inconmensurable entre ricos y pobres.