Una larga agonía

Lo que sí me gustaría es lanzar una serie de reflexiones acerca de un caso que, en mi opinión, se está alargando más de la cuenta, está demasiado influenciado por agentes externos y, además, está sirviendo para mostrarnos carencias importantes del actual sistema antidopaje. Ahí van:

1. La dilatación del caso. El positivo que ahora cuestiona la UCI ocurrió el 21 de julio de 2010 en el Tour de Francia. Es decir, han pasado ocho meses desde entonces (y siete desde que Contador recibió la comunicación). Ahora, el TAS dispone de cuatro meses para comunicar el laudo. Es decir, el caso se va a alargar, en el mejor de los casos, a un año. ¿No se pueden evitar estos plazos infinitos, esta incertidumbre y esta agonía para Contador y para el propio ciclismo?

2. Un tribunal internacional. Una solución para acortar plazos es una de las propuestas que ya hemos lanzado desde aquí. Si el positivo sucedió en una carrera internacional que se rige por un reglamento internacional, ¿no parece más coherente que lo juzgue directamente un organismo de la misma índole? Resulta que el caso ya llegó a la Federación con cierto retraso, porque la UCI y la AMA lo estuvieron analizando como ‘caso excepcional’. La RFEC tomó una decisión que ahora la UCI, agotando el plazo hasta el último día, va a recurrir al TAS. ¿No sería mejor crear un órgano directamente en la UCI para decidir sobre este tipo de conflictos? Nos ahorraríamos una de las fases y, de paso, no le caería el marrón a una federación local de tener que decidir sobre uno de sus ídolos nacionales. La UEFA, por ejemplo, decide sobre sus propias competiciones.

3. Injerencias políticas. Tanto el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, como el líder de la oposición, Mariano Rajoy, expresaron en los días previos al dictamen que “no existe razón jurídica” para sancionar a Contador. ¿En qué medida ha ayudado esto a Alberto? Yo siempre he pensado que muy poco. Quizá (seguramente) en primera instancia sirvió para darle un empujoncito a su absolución, pero yo soy de los que piensan que a la larga le ha hecho daño. Desde el primer momento, la opinión pública extranjera ha pensado que la sentencia estuvo condicionada políticamente. Ese sentir, sin duda, ha pesado sobre la decisión de la UCI. De hecho, el propio Pat McQuaid ha dicho en público, y también en privado a los dirigentes de la RFEC, que en su organismo no gustaron nada estas manifestaciones.

4. Cambio de reglamento. No tengo ni idea de cómo va a acabar este caso. Pero si el laudo del TAS es favorable a Contador, a la AMA no le va a quedar más remedio que cambiar su reglamento. Incluso, yo animo desde aquí a que lo haga aun en el caso de que la sentencia sea contraria al ciclista. La existencia de laboratorios con tanta sensibilidad para detectar el clembuterol en dosis ínfimas nos empuja a una reflexión. ¿Es posible dar 30 o 50 picogramos por la ingesta de carne o polivitamínicos adulterados? El caso de Dimitri Ovtcharov, en tenis de mesa, es un ejemplo claro de que sí. El alemán demostró que tanto él como otros compañeros habían sido contaminados en China, donde el uso del clembuterol en animales es habitual. Si existe la más mínima duda, siempre es mejor no condenar a un culpable que hundir la carrera de un inocente. La solución es clara: hay que poner un límite a esta sustancia, cuya sola presencia ya lleva a una sanción con la norma actual.

5. El Tour de Francia. Me cuenta un abogado implicado en el caso que si la defensa de Contador y la RFEC se mueven con habilidad, puede conseguir que el caso se retrase hasta septiembre, lo que permitiría la participación del corredor en el Tour de Francia. Sinceramente, yo creo que es mejor optar por una resolución rápida. Primero está por ver si el Tour va a admitir la presencia de Contador… Y aunque la permita, el ambiente que se va a encontrar allí, con toda la prensa internacional al acecho, va a ser tan hostil que no es muy recomendable para la imagen y la salud del corredor, del Tour, del ciclismo en general y del deporte español.

6. Un año de sanción. Ahora es fácil decirlo, pero después de hablar con todas las partes, tengo la seguridad de que la UCI sí hubiera aceptado la propuesta de un año. Pese a ello, entiendo que Alberto Contador luche su caso hasta el final si se sabe inocente. Durante su visita a AS a primeros de este mes nos dejó muy claro que no se va a rendir y que no va a reparar en gastos para su defensa. De momento ha incorporado a su equipo jurídico a Jean-Louis Dupont, el famoso abogado del ‘caso Bosman.

7. Debilidades. Como ya no hay vuelta atrás y el caso se va a resolver en el TAS, el equipo de Contador tendrá que trabajar mucho en las debilidades que tiene su defensa, y que ellos conocen perfectamente. Aquí apunto dos. Una: ¿por qué no se denunció desde un primer momento en la justicia española que una carne comprada en una carnicería de Irún incumplía presuntamente la ley de salud pública? Y dos: la adulteración de carne con clembuterol en México y China, por poner dos ejemplos, está más que probada, pero no tanto en la Unión Europea y en España. Pese a la contratación de un detective privado por parte de Contador para seguir el rastro de la carne, esta parte del caso se diluye en algún punto y no llega hasta el final del asunto.

Y 8. Un superclase. Dicho todo esto, e independientemente de cómo termine el caso, quiero hacer una reflexión sobre Contador como campeón y como persona. Que el miércoles fuera capaz de ganar la etapa reina de la Volta a Catalunya con la espada de Damocles sobre su cabeza y que siga ahí compitiendo, con la que le viene encima, sólo puede hacerlo alguien con una fuerza mental como la suya. Ánimo, Alberto.