El gran debut de Marco Asensio en Cornellà ahoga a Nuno

Ni siquiera la condición de invicto le queda al Valencia para justificar su mediocre arranque. Le pasó por encima un Espanyol en el que, sencillamente, jugaron los mejores, con mención especial para Marco Asensio, que sin llegar aún a veinteañero ya baila con descaro. Tanto, que decantó un partido que suponía su debut en Cornellà.

Las revoluciones solo surten efecto cuando disponen de sentido. Le funcionó al Espanyol el sábado en Anoeta con seis cambios, pero no al Valencia en Cornellà. Las siete novedades de Nuno solo hicieron que mermar al Valencia, especialmente en una medular que se vio desbordada por el trabajo oscuro blanquiazul. Pero la gran diferencia de inicio estuvo en las bandas: mientras que los pericos imprimían un endiablado ritmo por los flancos, la única visión lateral que entusiasmaba de los ché era su banquillo, repleto de calidad y de pólvora.

Aun así, no estuvo exento de faena Pau, quien ya había salvado dos veces a su equipo antes del 1-0, primero con Bakkali y después atajando un mano a mano ante Rodrigo, a quien en la reanudación volvería a sacar una mano providencial. Pero en el 18' volvió a justificar Asensio las bondades que se anuncian de él: botó una falta lateral muy cerrada que Santi Mina peinó lo justo para que Víctor Álvarez cabeceara a gol en el segundo palo. Y no hubo más porque Jaume sacó una mano salvadora ante Álvaro y otra en el 44' a Asensio, todo desparpajo.

Con la entrada de Feghouli, Piatti y Alcácer, estiró líneas el Valencia pero buscó más la sentencia el Espanyol, que contó con dos zarpazos seguidos de Hernán Pérez y Burgui, de nuevo desbaratados 'in extremis' por el meta ché. Un testarazo blando de Abdennour fue la única muestra de que el Valencia quería empatar. Pero enseñó más Gerard Moreno en un cuarto de hora que la mayoría de sus rivales en 90 minutos, así que ganó el Espanyol, que suma nueve puntos y que sobre todo ya encandila. Se desvanecen las dudas en torno a Sergio González al mismo tiempo que crecen exponencialmente los fantasmas sobre el futuro de Nuno.