El mus, el chinchón y, sobre todo, el cinquillo son juegos de abuelos del siglo XX. El ocio ancianil de hoy en día debería de parecerse más a las actividades de un campamento de verano que al festival de los Juegos reunidos Geyper.

Estos abuelos de Filskov en Jutlandia (Dinamarca) son el perfecto ejemplo de este buen hacer del que hablamos. Aunque el vídeo tiene más de un año, la anécdota que ha sido rescatada recientemente por Unilad, nos parece epika. Los yayos daneses, en lugar de desarrollar su ludopatía y potenciar la hiperglucemía apostando caramelos de café en el bingo, inician una batalla de globos con bastones de goma espuma. Cada uno de ellos, sentado en un rincón alrededor de la mesa, tiene en su poder una especie de bate de beisbol con el que golpea cada uno de los globos que le llegan.

Aunque no vemos un claro vencedor deducimos por su acento danés que todos se lo están pasando en grande. Bueno, todos excepto la señora de la chaqueta rosa situada a la izquierda que prefiere observar y reírse de los demás.