La UCI controla ya marcos y ruedas en busca de motores

Los comisarios de la Unión Ciclista Internacional (UCI) realizaron 190 controles mecánicos entre la salida y la meta. Aunque en ocasiones parece un espectáculo de cara a la galería en vez de una búsqueda efectiva de motores por la cantidad de medios y curiosos que se agolpan alrededor, los técnicos han modificado su rutina respecto al Giro: en el Tour también pasan las tablets por las ruedas de las bicis. Las herramientas de trabajo de Froome o Contador fueron analizadas en Saumur, sin resultados sospechosos.

El método de la UCI se basa en la resistencia magnética. Los magnetómetros, unos dispositivos que sirven para cuantificar la señal magnética, se instalan en las tablets y miden la densidad de flujo magnético de cuadros y ruedas. La rumorología del pelotón ha apuntado sin dudar hacia la existencia de dos fórmulas de fraude tecnológico: motores y ruedas electromagnéticas. “Todo es posible, queremos actuar de la manera más exhaustiva”, confirmó a AS uno de los agentes encargados de los test.

Aunque no en las cuatro jornadas disputadas, el Gobierno francés y el Tour han llevado a cabo sus propias pesquisas con cámaras térmicas. Siempre con una distancia prudente respecto al grupo (como agradecen los ciclistas), un motorista acerca a su acompañante para que apunte con el aparato a marcos y ejes. “Creemos que las imágenes térmicas complementan muy bien el esfuerzo de la UCI”, asegura Christian Prudhomme, director de la ronda gala. Mark Barfield, responsable técnico del organismo internacional, acepta la colaboración a regañadientes: “No rechazamos la ayuda, la acogemos encantados, pero creemos que la resistencia magnética se trata del control más fiable”.