El Bilbao Basket prosigue su lenta agonía. La llegada de un nuevo consejo, con un potente patrocinador bajo el brazo, unida a la salida de Gorka Arrinda como consejero delegado, parecía arrojar algo de luz. Pero esta tarde el Grupo IMQ lanzó un jarro de agua fría al asegurar que da definitivamente por rotas las conversaciones con el club para convertirse en su patrocinador nominal.

El grupo dedicado a los seguros y la sanidad privada recibió el informe sobre la situación financiera de la entidad y el plan de gestión, requisitos que exigía para dar el paso, pero entiende que en lo económico el proyecto del Bilbao Basket "no tiene ninguna viabilidad". El IMQ ha dado "definitivamente por rotas las conversaciones" para ser el principal patrocinador del Bilbao Basket y ha descartado que esas conversaciones vayan a retomarse. Inmediatamente los jugadores del Bilbao han iniciado una gran actividad en sus cuentas de Twitter. “Mi padre cuando era pequeño me dijo: ‘Que nadie se ría de ti", escribía el capitán, Álex Mumbrú.  "Es una de las ostias más grandes que me han dado...", comentaba Roger Grimau.

Ahora comienza una carrera contra el reloj para abortar posibles convocatorias de huelga por parte de los empleados de la entidad y los jugadores, a los que la paciencia ya se les ha agotado. Aprovechando la retransmisión por La1 y lo que supone de impacto mediático, podrían darse protestas en el partido del domingo ante el Madrid ante la situación creada. La semana pasada, el IMQ fue anunciado, por boca de Curro Guzmán (portavoz de la nueva cúpula en Miribilla) como nuevo patrocinador principal del club bilbaíno hasta 2018. Se barajaban cifras de cuatro millones y medio de euros hasta durante este tiempo. En el mismo día el igualatorio médico ya matizó que no se había alcanzado un acuerdo definitivo.

Posteriormente, solicitó al Bilbao Basket, como "requisito fundamental" para continuar con las conversaciones, "la existencia de un proyecto de gestión" para evaluar la situación financiera de la entidad de la que Gorka Arrinda es aún el máximo accionista. Una vez conocido el informe remitido por el club, el IMQ ha dado por rotas las conversaciones. IMQ no se desligará del todo, ya que seguirá siendo una de las empresas que apoyen, más modestamente, al club. El saludo cordial de Guzmán con Arrinda (conocido como ‘el abrazo de Miribilla’) no ha acabado de convencer a empresas que querían llevar nuevos aires al recinto bilbaíno, y pedían romper definitivamente con el pasado. Ahora mismo el proyecto es humo: no hay compradores de las acciones que amasa el consejero delegado, el principal sostén económico se ha evaporado y hace falta liquidez inmediata para que no se subleven empleados y jugadores. 

Ante las deudas contraídas con proveedores, Seguridad Social, personal del pabellón, empleados de oficina y jugadores, más la posibilidad de que lleguen denuncias por impagos hasta de tiempos lejanos (la última, una resolución sobre diez mil euros de Mavroeidis), otra posible solución que nadie quería manejar reside en el concurso de acreedores, pero aún dificultaría más la maniobrabilidad y haría rebosar la fe de una plantilla muy desgastada.