El Celta domesticó a un Real Madrid inoperante y se acerca a las semifinales de la Copa del Rey. El equipo de Berizzo fue superior, aprovechando la debilidad madridista y reivindicando su propia figura. Todo lo contrario deslizó el conjunto de Zidane. Un partido negro marcado por sus propios defectos y sin el impulso final. No pareció tener fe en sus posibilidades.

Los goles del Celta vinieron derivados de graves errores individuales del Real Madrid. Ramos y Marcelo quedaron señalados en el tanto de Iago Aspas. Su desempeño resulta criticable. A Lucas Vázquez y un transparente Casillas también se les debe imputar las culpas en el gol definitivo de Jonny.

El Madrid tampoco estuvo fino en el área rival. Cristiano sigue desconocido, Morata no pudo cambiar el paso desde el banquillo y Benzema perdonó un gol increíble. Una noche para olvidar del Real Madrid. Necesita recuperar el tono en Balaídos. La Copa peligra.