Keith Thurman exige claridad: duda versión de Fundora sobre lesión

Keith Thurman vivió entusiasmado ante la posibilidad de destronar a Sebastian Fundora por el título de 154 libras del CMB. Se preparó para un combate que significaba algo más que una apelación al pasado, era su revancha contra la duda. Pero cuando en el último minuto Fundora fue retirado del cartel debido a una contusión en la mano, el brillo de esa esperanza se tornó sospecha. Thurman pone en duda la versión oficial sin cuestionarla.

Desde el viernes en que se anunció la lesión, Thurman dejó ver su decepción en redes sociales, dijo varias oraciones de que la justificación no le convencía. En entrevista con BoxingScene, dejó ver que la duda le mueve las ideas. Él mismo ha soportado múltiples lesiones: problemas en la cervical en 2016, rotura de tendón en el bíceps el año pasado, tratamientos con cortisona, cirugías. Sostiene que siempre hizo todo por sacar adelante los pleitos, por eso pide claridad.

“Tenía que decir lo que dije para Instagram… antes de que nos golpeemos, va a tener que aguantar algunos golpes verbales”, dijo Thurman, y añadió sobre la “contusión en la mano”: “parece un esguince de tobillo. No le deseo una lesión grave, pero las mías sí lo han sido”.

Thurman rememoró momentos en los que peleó pese al dolor.

“Me puse tres inyecciones de cortisona (en la mano izquierda) contra Josesito López, y cinco antes de la pelea con Pacquiao. Y luego me operaron”. Y planteó una sospecha. “Si el médico de Fundora reclama tres semanas para sanar, ¿cómo entonces pelear dentro de dos?"

El excampeón ofreció su propio equipo médico para respaldar la legitimidad del diagnóstico.

“No le deseo una lesión grave, pero mías sí lo han sido… ¿De verdad va a estar bien tu mano? ¿Este no es túnel carpiano? En tres semanas, ¿estarás listo para el campamento?”, cuestionó. Y concluyó: “Quiero transparencia y quizás una disculpa”.

Reclamo, contrato y una oferta

Thurman afirmó que el contrato original no contemplaba un aplazamiento.

“Ese contrato está muerto. No había nada sobre un aplazamiento”, sostuvo. Con esa postura desafiante, habló sobre el tema. Estaría dispuesto a aceptar una pelea interina si Fundora no puede volver en el calendario previsto, que apunta hacia enero, encabezando una cartelera PPV con Manny Pacquiao. Si Fundora demora en regresar, Thurman quiere asegurarse de no quedarse sin combate, sin actividad y sin visibilidad.

“Es boxeo. Seguimos queriendo esta pelea… ”.

Cuando se confirmó la suspensión del pleito con Fundora, Thurman aceptó mantener su rutina. Completó un sparring de ocho asaltos con un peleador joven que se preparaba para otra contienda.

“Esto es muy desafortunado: para los del preliminar, para quienes ya planearon viajes o compraron boletos… Estamos expuestos al riesgo. Yo ya tengo casi 37 años, tres cirugías, dolor y entrenamientos que desgastan. Lo que hacemos es distinto a cualquier deporte porque ponemos el cuerpo”.

Señaló su capacidad para esperar. Recordó cómo regresó de su latigazo cervical para hacer un campamento de ocho semanas antes de vencer a Shawn Porter.

“Si alguien sabe esperar y triunfar, ese soy yo”, dijo.

En el ambiente del boxeo el calendario es volátil. El roce mediático cuesta caro. Thurman lo sabe. Admitió que su paciencia será puesta a prueba ante la espera de Fundora, y que si éste tarda más, “resérvame un lugar”.

La cartelera del 25 de octubre fue oficialmente pospuesta. Sampson Lewkowicz, manejador de Fundora, apuntó que el campeón regresaría en enero.

Thurman no quiere que su combate con Fundora se pierda en el olvido. Tratará de empujar mediáticamente para tener su pelea. Thurman alzó la voz. Fundora no ha respondido públicamente al reclamo de transparencia.

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