Eubank Jr y Benn vuelven al ring para reescribir historias familiares
Una velada en Londres revive una rivalidad que nació hace tres décadas
La industria del boxeo se desplazó esta semana a Londres. Este sábado el Tottenham Hotspur Stadium volverá a ser el escenario donde Chris Eubank Jr y Conor Benn ajusten cuentas. No es sólo un pleito de revancha, también es la continuación de una trama familiar que está insertada en la memoria del pugilismo británico y ahora de todo el mundo.
Si alguien dijera que la trama es un guion de película, tendría razón. Tres décadas atrás, Nigel Benn y Chris Eubank Sr. dividieron al Reino Unido con dos peleas que marcaron época. Aquella rivalidad de los noventa, cargada de orgullo, nacionalismo y drama, ahora encuentra eco en sus herederos. Eubank Jr y Benn pelearán en el mismo estadio donde el primero ganó por decisión unánime en abril, ante 67 mil espectadores que transformaron el ring en una catedral de golpes.
La previa a esa primera batalla fue un espectáculo paralelo. Benn subía de categoría, Eubank lo desafiaba con burlas, su padre lo desautorizaba públicamente y hasta hubo un huevo estrellado en la cara del rival durante una conferencia. Parecía un libreto escrito para el entretenimiento, no para el boxeo. Sin embargo, el duelo superó las expectativas y se convirtió en una de las mejores peleas del año.
Ahora, con la escena más controlada y la narrativa más madura, ambos llegan con motivaciones distintas. Benn busca limpiar su nombre tras un par de años de suspensión por dopaje. Eubank quiere demostrar que su victoria no fue casualidad y que puede hacerlo con un nocaut que elimine toda duda.
Eubank, con récord de 35-3 y 25 triunfos por la vía rápida, volvió a confiar en el entrenador Brian McIntyre, el mismo que lo guió en su recuperación tras perder ante Liam Smith. En su esquina no faltará su padre, el hombre que abrió la historia de esta rivalidad.
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Benn, con marca de 23-1 y 14 nocauts, ha mantenido un perfil más reservado. La tensión sigue latente, aunque sin los desplantes de la primera edición. Esta vez se trata de boxeo puro, sin distracciones.
“Una derrota sería devastadora”, reconoció Eubank en la semana. “No quiero que la pelea llegue a los doce asaltos otra vez. Quiero acabar con este chico”, declaró para The Independent.
La decisión de los jueces no será el único resultado sobre el encordado. El combate representa la herencia del boxeo británico, la eterna búsqueda de redención y la presión de los apellidos.
Prometen cerrar rivalidad
Londres se ha convertido en la capital del espectáculo pugilístico de noviembre. Ninguna cartelera en Las Vegas o cualquier parte del mundo, capturará las miradas como lo harán las luces que iluminarán el encordado en la capital inglesa.
El sábado pelean los hijos de una generación que creció viendo a sus padres enfrentarse bajo las luces de la televisión pública. Pelea el pasado contra el presente, la nostalgia contra la ambición.
Ambos pugilistas han descartado que buscarán un tercer pleito. Benn fue claro.
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“Para empezar, esto termina aquí.La rivalidad termina aquí. Esto se acabó. El capítulo Benn-Eubank ha terminado. Se acabó.”
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