Honduras llora la muerte de Orinson Amaya, presidente del CD Marathón
Su liderazgo humano y administrativo cambió la historia del club y le permitió renacer con un modelo que hoy, todo Honduras reconoce.
El equipo verdolaga de la Liga Hondubet renació cuando Orinson Amaya asumió la silla presidencial del Club Deportivo Marathón en 2015, un año en que los Panzas Verdes se situaban sin sustento: no había patrocinios, las deudas afloraban y había una marea de demandas en contra del conjunto de 100 años.
Todo cambió para los Esmeraldas de la mano de un hombre brillante, audaz y comprometido por el amor que sentía por este deporte. Por eso todo Honduras llora su partida: a los 52 años y tras sufrir un infarto fulminante en un centro asistencial en San Pedro Sula.
El legado de un presidente único
Su obra maestra con Marathón fue edificar con paciencia nuevos cimientos financieros y administrativos que le permitieron al escuadrón volver a la vida, retomar su sitio dentro del cuadrilátero que es la liga local de balompié hondureño y ascender.
Se saldaron los adeudos, resurgió la identidad de un guerrero futbolístico y llegaron hasta la final en 2018 con todo un plantel renovado, desde los directivos hasta los jugadores, muchos de los cuales se reincorporaron luego de haberse despedido de Marathón como leyendas.
Si CD Marathón se citó en la final del ya mencionado año vs. Fútbol Club Motagua y la ganó, fue por su nuevo sustento que arrancó desde las canteras, con tácticas de moldeo únicas en el talento joven que despegó como nunca.
La sequía de ocho años sin levantar trofeo alguno se curó bajo indicaciones del jerarca, el presidente idóneo que dio borrón a la gestión de Yankel Rosenthal.
Un ser humano increíble
El pueblo llora desde hace tres horas su partida, pues comentan para micrófonos de diarios como Diez que no logran asimilar la noticia. “Una persona llena de vida, joven como el presidente. Hace poco celebramos en Centenario... el club ha perdido a una gran persona”.
Y es que más allá del cariño que la afición le tomó por haber visto al club de sus amores renacer bajo su mando, su repentina muerte pega directo en el corazón de quienes pudieron conocer su lado más humano... el presidente tenía el tipo de actos que pocas figuras con su cargo suelen tener, por ejemplo, su acto caritativo a lo largo de la pandemia en 2020, cuando reunió a sus jugadores para repartir comida personalmente para el pueblo centroamericano en tiempos difíciles.
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Su muerte se dio de un día a otro, lo cual genera una sensación de vacío y nostalgia para los hinchas que llegaban de festejar el centenario del club. 2025 era un año de manteles largos, pero en su defecto, Marathón está de luto.
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