Javier Salinas, mexicano, es el director general de la Federación Nicaragüense de Fútbol. El país no clasificará al Mundial de 2026, pero su proyecto no deja de crecer.
El largo camino de Nicaragua al Mundial de la FIFA
Nunca había llegado Nicaragua a la última fase de clasificación para una Copa del Mundo de la FIFA. Nunca tan cerca. ‘Los Pinoleros’ viven una fase de efervescencia, producto de un proyecto que nació a inicios de 2022 y comienza a cosechar resultados. Javier Salinas es el arquitecto de un plan maestro que apunta a un fin ulterior: que Nicaragua dispute un Mundial. Mucho camino queda por recorrer aún, pero los cimientos ya están establecidos.
Salinas, expresidente de la Liga Mexicana de Béisbol con robusto pasado en las áreas de marketing y comercialización de la Liga MX y la Federación Mexicana de Fútbol, abandera un proyecto tan ambicioso como disruptivo. La revolución significa ‘futbolizar’ a un país un tanto ajeno al balompié, la nación de Dennis Martínez y Alexis Argüello, y profesionalizar una estructura que apenas había dado señales de evolución. “Este proyecto está impulsado por los dueños de los clubes de la Liga Primera (máxima categoría del fútbol de Nicaragua), también por la Federación Nicaragüense de Fútbol. La idea fundamental era posicionarnos y competir por un boleto para la Copa del Mundo“, enfatiza Salinas en entrevista con AS. “Teníamos que elevar la calidad, tanto deportiva como de desarrollo del fútbol nicaragüense”, expone el directivo mexicano.
Ahora, a punto de agotar su participación en las eliminatorias de Concacaf camino al Mundial de 2026, Salinas hace corte de caja, con la visión puesta en el futuro inmediato y lejano. Nicaragua tiene sólo un punto después de cuatro partidos en el Grupo C clasificatorio, pero el sabor que queda es dulce, pese a todo. “Logramos llegar hasta esta etapa por primera vez en la historia. Se creció mucho en todas las métricas deportivas y mercadológicas. Crecimos en patrocinadores y en la marca-Nicaragua en términos de fútbol”, explica Salinas.
Nicaragua: del béisbol al fútbol
Pero los inicios no fueron sencillos. ‘Futbolizar’ a un pueblo históricamente más cercano al béisbol supuso un proyecto de ingeniería social para captar nuevas atenciones y aficiones. Inculcar un nuevo amor. “Era un país que tenía muchos deseos de crecer y de salir adelante. Faltaba enfatizar una cultura del fútbol y cambiar toda la metodología de trabajo. Se creó un concepto cultural en torno a la selección nacional, tanto en lo deportivo como en el negocio. Hubo cierta resistencia, de los medios de comunicación y desde dentro de la misma federación, lo cual es normal, y más si eres extranjero”, detalló Salinas. El proyecto también involucraba instalar otras facetas transversales asociadas al fútbol, aunque tangenciales; un desarrollo holístico de la infraestructura en aras de los jugadores y sus entornos: “Se creó el área de psicología, de nutrición, de inteligencia. La parte de mercadotecnia se empezó desde cero: crear una marca que no existía, la de la selección nacional. Una compañía me dijo una vez ‘¿tenemos una selección nacional?’ Otra me preguntó si estábamos en la misma liga que México y Estados Unidos”.
Los resultados son palpables. No sólo en el ámbito deportivo, que ha visto a Nicaragua en instancias inéditas: fase de grupos de la Copa Oro (2023, luego descalificada por alineación de un jugador no elegible), última fase de eliminatoria mundialista, Liga A de Nations League. Lo tangible más allá del campo: sold out en el Estadio Nacional (19,000 asientos vendidos frecuentemente), un incremento de cero a 15 patrocinadores, y un índice de popularidad del fútbol mayor al béisbol, de acuerdo a una encuesta de la alcaldía de Managua. Y, también, lo no tangible. “Aceleramos la culturización y popularización hacia el entendimiento del producto-fútbol. Generamos una identidad y una comunicación hacia el público, que ya sabe que tiene una selección que, si bien no va a ganar siempre, va a competir. Ya no es un cheque al portador. Faltaba que la selección representara a Nicaragua. Y ahora lo hace”, sentencia el expresidente de la LMB. “Hoy ya hay tiendas oficiales. La gente ya puede ir a comprar la camiseta. Ya se siente identificada. Hay un producto que vender para que la gente se sienta orgullosa de su selección, gane o pierda”, añade.
Faltaba que la selección representara a Nicaragua. Y ahora lo hace
Javier Salinas, director de selecciones nacionales en la FENIFUT
Ahora, continúa la parte crítica del proyecto: consolidarlo. La construcción ya está hecha. Es turno de dar el salto. “Es lo más delicado. Institucionalizar todo lo hecho. El proyecto estaba enfocado a la selección mayor. Si queremos consolidarnos, tenemos que trabajar con las fuerzas básicas también. Como en todo proceso, hay una línea muy delgada en la que todo se puede venir abajo”, vaticina Salinas, también convencido que su estructura podrá sobrevivir los vaivenes: “El pueblo nicaragüense es muy sano. Los cuerpos directivos responden bien a la idiosincrasia nicaragüense. Se vive bien aquí. Es un país tranquilo, seguro. En esa misma tesitura, se trabaja bien. Cuando el objetivo está puesto, se trabaja con tranquilidad. Obviamente, habrá resistencia al cambio. Hay quien no entiende que es un proceso. Eso pasará siempre”.
El mejor síntoma de la evolución está en el cambio de presiones y prioridades, revela Salinas: “Ya tenemos derechos de transmisión. Ya hay algunos cuestionamos que no había antes sobre ciertos jugadores, por ejemplo. Ya tenemos 15 patrocinadores que tienen ciertas necesidades. Por un lado, qué bueno. Eso quiere decir que hemos crecido. Quisiéramos tener más dinero, pero esto permite que los intereses no estén tan encima del trabajo deportivo. Eso sí, ya estamos sintiendo pequeñas características de presión”.
Un nuevo Estadio Nacional para Nicaragua
Al margen de discusiones sobre la tensa situación política en Nicaragua, Salinas enfatiza que la administración Ortega-Murillo ha sido trascendental para la estabilización de su propuesta, sobre todo en términos infraestructurales. “Hay una política clara de apoyo al deporte. Por ejemplo, el Estado Nacional pertenece al gobierno. Se han sumado de manera muy activa al proyecto con un entendimiento total del beneficio social y promocional para la marca-país. Por cierto, están construyendo, ahora mismo, siete estadios de fútbol nuevos en Nicaragua. Todos, con inversión pública. Un nuevo Estadio Nacional incluido, al final de las eliminatorias. Esto da también promoción al país. Las notas internacionales sobre Nicaragua es que, en los últimos años, ha sido la revelación de la región y el país que más ha crecido”, desvela el directivo.
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Ya se corre el telón de la eliminatoria de Concacaf. Nicaragua no estará en el Mundial de México, Estados Unidos y Canadá. Pero la mira está puesta en 2030 y 2034. “Competiremos por ese boleto”, promete Salinas.
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