Estuvo detenido más de 100 días por el ICE y así reaccionó cuando lo liberaron: la emoción del vendedor de helados
El caso de Ambrocio Lozano enciende las redes sociales. El inmigrante, de origen mexicano, fue liberado tras más de 100 días bajo custodia del ICE.
En un país en el que las detenciones brutales por parte del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) son noticias del día a día, las historias con finales felices merecen ser celebradas. Tal es el caso de Ambrocio Lozano, un inmigrante de origen mexicano que fue puesto en libertad tras permanecer más de 100 días bajo arresto, en custodia de las autoridades migratorias.
¿Quién es Ambrocio Lozano?
Ambrocio Lozano es un inmigrante mexicano de 52 años. En 1999 llegó a los Estados Unidos, desde el estado de Guerrero, en México. Una vez instalado en California emprendió un negocio de paletas heladas en Culver City, el cual mantuvo activo durante más de dos décadas, hasta que fue arrestado por agentes del ICE el pasado 23 de junio.
El carrito de helados de Lozano quedó abandonado, en medio de la acera, a la espera de su dueño. El mexicano fue trasladado a un centro de detención en Los Ángeles. Posteriormente, lo llevaron a uno en Texas y, después, a otro en Nuevo México. En total, permaneció 114 días bajo custodia del ICE, hasta que su abogada le informó que un juez de inmigración había aprobado su petición de residencia permanente, solicitada por la familia hace más de 20 años.
Estuvo detenido más de 100 días por el ICE y así reaccionó cuando lo liberaron
De acuerdo con un informe de CNN, Ambrocio pudo recuperar su vida gracias a la Ley de Equidad para las familias de inmigrantes legales, que beneficia a aquellos inmigrantes cuyas peticiones “fueron sometidas antes del 30 de abril de 2001 y que, por diversos motivos, no pueden acceder a un ajuste de estatus dentro del país”.
“Nunca bajé la guardia, confié en Dios y él me trajo de regreso”, expresó el hombre para CNN.
Días después, Ambrocio organizó un pequeño evento para celebrar su victoria con la comunidad que lo ha visto crecer. Regaló paletas heladas y compartió anécdotas sobre su vida. El hombre, como era de esperarse, fue bien recibido entre abrazos y aplausos. “Pienso seguir mi trabajo porque es un trabajo digno, honrado. Y me deja dinero”, agregó.
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