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El único Blockbuster que queda en el mundo está en Bend

La franquicia estadounidense que rentaba películas y videojuegos, anunció que estaba en bancarrota en 2010 y cerró todas sus tiendas, excepto una

Estados Unidos
La franquicia estadounidense que rentaba películas y videojuegos, anunció que estaba en bancarrota en 2010 y cerró todas sus tiendas, excepto una

Cuando el primer Blockbuster abrió sus puertas en Dallas el 19 de octubre de 1985, se convirtió en toda una experiencia para los usuarios que iban a rentar películas, series o videojuegos, pues contaba con un amplio catálogo, por lo que su inventario creció tan rápido que en menos de dos años de su apertura, ya contaba con 15 tiendas propias y 20 franquicias.

Pocos imaginaban que esa modalidad de ir a la tienda física a alquilar su contenido favorito duraría solo un tiempo, pues a pesar que en la década de los 90 tuvo un gran crecimiento con más de 9 mil establecimientos a nivel mundial, Netflix acabó con estos y en 2010, Blockbuster se declaró en quiebra. 

En pleno 2019, aún sobrevivían dos Blockbuster, uno en Australia y otro en Bend, en el estado de Oregón. El de Australia dejó de rentar videos el 7 de marzo y cerrará para siempre al terminar el mes, por lo que solo quedará una en el mundo.

Eso quiere decir que la única y última tienda del mundo se encontrará en Estados Unidos y  en sus planes está hacer lo que sea necesario para sobrevivir aunque la empresa matriz se haya declarado en quiebra.

Así que Sandi Harding, la Gerente General de la sucursal en Bend, se enteró que serían los únicos que quedarían y publicó en su cuenta de Facebook: "Acabo de colgar el teléfono con una estación de radio australiana. El último Blockbuster en Australia cerrará cuando acabe el mes, ¡haciendo nuestro Blockbuster en Bend el último del mundo! ¡Qué emocionante!"

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La tienda en Bend lleva 19 años de existencia y cuenta con casi cuatro mil clientes con membresía y agrega títulos todos los días. Cabe mencionar que algunos de los nuevos clientes son nostálgicos turistas que recorren varios kilómetros para ir al último local que queda.

Harding explicó que el contrato de renta aún le quedan varios años. La teoría de por qué la gente sigue yendo a esta tienda es porque Bend es una región que tiene comunidades muy pequeñas que usualmente no tienen acceso al internet de alta velocidad que se necesita para las plataformas streaming.

“Llegamos a un momento en el que algo que estaba pasado de moda vuelve a ser tendencia, definitivamente hay un interés por mantener con vida esta manera casi extinta de ver películas”, agregó Sandi.