Chris Paul da un juego de leyenda y hunde a los Warriors
Uno de los encuentros más cerrados de la serie se tuvo que decidir en los últimos cinco segundos del partido. Un error de Draymond Green condenó a Golden State.
Tres cuartos nos dejaron ver que estos equipos no van a darse por vencidos ni en la última milésima de segundo de los partidos restantes. Los últimos doce minutos se convirtieron en un festival de nerviosísimo, pero la inteligencia de Chris Paul y los errores de Golden State le dieron a los Rockets un preciado triunfo.
El periodo inicial, a pesar de que no tuvo una gran diferencia en el marcador, sí dejó ver a unos Rockets similares a los que finalizaron el Juego 4 en el Oracle Arena. Su defensa vio un gran momento al provocar tres pérdidas rápidas de Golden State, mientras que la ofensiva no tuvo piedad con la fiereza de Harden y dos triples sorpresivos por parte de Gerald Green de manera consecutiva.
Por supuesto que esto no fue perdonado por Kevin Durant, quien desde el primer cuarto rebasó las diez unidades que permitieron dejar a los Warriors cerca en el luminoso (17-23).
En los minutos siguientes, Clint Capela se despachó con dos bloqueos de gran poder ante Draymond Green y Kevin Durant, pero eso no fue suficiente, ya que Steve Kerr pudo ver también el despertar de Stephen Curry que logró alcanzar los 11 puntos con un solo triple en su cuenta.
Houston parecía irse tranquilo gracias a dos grandes jugadas de James Harden ante Curry y el mismo Green; para su mala suerte, Durant no se detuvo (18 pts.) y luego Green selló el empate al descanso con dos libres tras la segunda falta personal de Chris Paul.
Posteriormente, el tercer cuarto fue un ir y venir sin precedentes. Lo digo así porque no hubo momento en que el marcador no cambiara en favor de uno u otro equipo, simplemente era una maravilla el ver triples de Thompson, lanzamientos de locura de Chris Paul y la intensidad de James Harden y Kevin Durant contra sus rivales.
Terminaron el periodo y lo mejor estaba por venir. Curry encestó un triple al entrar al cuarto y Houston respondió con cinco puntos inmediatamente. Los Warriors no se despegaban, pero un robo de James Harden, que terminó en una volcada solitaria, fue el primer paso para la victoria.
Antes de culminar el encuentro, el camino no fue un recorrido entre algodones. Dos jugadas de tres puntos pusieron a los Warriors a un punto de distancia para empatar o hasta dar la voltereta (94-95) y Paul salió lesionado con menos de un minuto por jugar. Las alarmas se encendían en el Toyota Center.
Curry toma la bola y falla la primera oportunidad, pero Ariza les permite vivir al fallar uno de sus dos tiros libres tras la falta obligatoria de Green. Restan seis segundos y ello se convierte en una eternidad para Mike D'Antoni.
Steve Kerr prepara la jugada en el banquillo, luce perfecta, pero Draymond Green, quien los salvaba hace unos segundos, se convierte en el villano. El cinco de los Warriors no pudo a tomar el pase avanzado de Curry y terminó por resbalarse.
El hogar de los Rockets se volvió loco. Houston gana 94 a 98.
Eric Gordon se embolsó 24 puntos, pero Chris Paul se llevó la noche y los aplausos de una grandísima afición al haber encestado triples de fantasía que le permitieron alcanzar 20 puntos, 7 rebotes, 6 asistencias y tres robos.
Esta guerra continuará en Oakland el próximo sábado 26 de mayo. La venganza de los Warriors no se hará esperar y los Rockets tendrán que estar preparados para un duelo que seguramente será agotador física y mentalmente.