Sven Kramer es leyenda: tercer oro en 5.000 y octava medalla
El holandés ganó el 5.000 de patinaje de velocidad con récord olímpico igual que hiciera en Sochi y Vancouver. Es su octavo podio en unos Juegos.
El patinaje de velocidad tiene una leyenda única: Sven Kramer. “Estar satisfecho con una plata no es mi visión del deporte, no es para lo que entreno. Yo quiero ganar”, cuenta el holandés de Herenveen, de 31 años, que ganó en el oval de Gangneung por tercera vez consecutiva el oro olímpico en 5.000 después de que lo hiciera en Sochi y Vancouver. En Turín tampoco estuvo mal, plata. Y en total, suma ocho medallas en Juegos. Sven ambiciona otros dos títulos más: 10.000 y persecución.
Kramer controla perfectamente la distancia y, pese a salir más lento que sus rivales, va controlando vuelta a vuelta hasta llegar a la marca óptima. En esta ocasión fue 6:09.76, récord olímpico, que se fraguó en los últimos giros. Cuando los adversarios empiezan a clavar a 30 segundos los 400 metros, Sven los hace a 29 pelados. Ahí está el secreto del oro de un deportista que ya es una leyenda en los Países Bajos, donde el patinaje de velocidad es una de las disciplinas nacionales (también hubo triplete en 5.000 femenino).
Tanto nivel hay en el país en patinaje que el medallista de plata Ted Jan Bloemen nació en Harlem (Holanda), pero tiene nacionalidad canadiense, un proceso que inició después de quedarse fuera del equipo olímpico para los Juegos de Sochi. “Era la mejor decisión que podía tomar”, contaba este lugarteniente de Kramer. Bronce fue el noruego Pedersen.
Sven, el mito, comenzó haciendo ciclismo y llegó a ser subcampeón nacional júnior por detrás de Robert Gesink. Pero la fiebre del skate sedujo a Kramer y le ha llevado a ser una celebrity, nombrado mejor deportista holandés del año en varias ocasiones y conocido por su matrimonio con Naomi Van As, otra chica de oro olímpico, pero en hockey hierba (lo ganó en Pekín 2008 y Londres 2012). Una historia puramente orange.