Un carnicero revela la triquiñuela que ocurre si pides carne a primera hora: “La que me va a caer va a ser gorda”

Con más intuición que evidencia histórica podría uno aventurarse a adivinar que los trucos de magia y las trampas en los juegos de cartas se inventaron en los viejos mercados. El arte del negocio está sustentado en una base aritmética y de pillería que hace de los comerciantes auténticos genios de la venta, saliendo muchas veces los clientes del tenderete ‘engañados’ y satisfechos —al no conocer la pequeña engañifa— al mismo tiempo.

De cuando en cuando revelan en redes sociales algunas de estas trampas aquellos que conocen el sector desde dentro. Esto mismo ha hecho ‘El As Carnicero’, creador de contenido que acumula más de 60.000 seguidores en su perfil de TikTok, en un reciente vídeo. “Al lorito si eres consumidor de carne picada, ¿vale? La que me va a caer va a ser gorda, pero bueno”, adelantaba, pronunciando dos oraciones que suelen preceder a confesiones verdaderamente reveladoras.

Lo que viene a contar ocurre “si vas a comprar carne picada a la carnicería y es a primera hora del día, o primera de la tarde, y tienen la máquina limpia”. Para mostrarlo con mayor claridad, hace uso de su propia máquina. “Mirad, está limpia. Todavía no se ha usado. Ahora cogemos 300 gramos de magro de cerdo que vamos a picar, el carnicero lo coge y marca los 7′99 de precio [por kilogramo] antes de picarla, que le sale a 2′40 euros”, ejemplifica, recreando un supuesto en el que el cliente quiere llevarse la citada cantidad.

Entonces pone en funcionamiento la máquina. “Vamos a ver qué cantidad de carne picada nos sale. No podemos apurar mucho porque las cuchillas empiezan a rozar con la placa y se joroba, entonces tenemos que parar la máquina ya”, detalla, matizando que “con esto que os estoy contando no quiero decir que todos los carniceros hagan igual, que hay alguno que se escapa”, pero que sí que se trata de un truco extendido por el motivo que iba a evidenciarse segundos después.

Cuando recoge lo picado, observa que el peso es de 190 gramos; es decir, que faltan otros 110 “que se ha quedado la picadora en el interior”. Si esto se marca a 7′99, al final ha comprado lo equivalente a 1′52 euros. En otras palabras: que el cliente ha pagado 88 céntimos de más por una carne que no se está llevando a casa.

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Ofrece una solución en clave digital a todo aquel que se haya quitado la venda con su vídeo. “Lo suyo es que si la máquina está limpia se pese la carne después de picar; y si se hace antes, el carnicero tiene que ser honesto, honrado y no pirata, y añadir a esa picada un poquito más de carne para que el cliente se lleve a su casa los 300g que se le ha cobrado”, zanja.

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