Sara Domínguez, experta en orden: “El ‘ciclo del caos’ se debe a tener demasiado inventario y a los hábitos diarios”
La especialista ha desvelado en ‘Tiene Sentido Podcast’ las claves que explican por qué cuesta tanto mantener el orden.
Cuando uno siente que ha accedido al ojo del huracán, que la vorágine puede detenerse a golpe de iniciativa y que el desorden tan solo se encuentra a tres letras de la armonía, entonces, repara en que aquella sensación ya ha asaltado su imaginación tiempo atrás. Es cierto que el eje cronológico suele representarse en línea recta, pero la naturaleza, así como la manera en la que el ser humano se relaciona con ella, quizá deba entenderse de manera cíclica.
Así lo desliza Sara Domínguez, organizadora profesional y creadora del método ‘Del Caos a la Calma’, que ayuda a romper el “ciclo del caos”, crear hábitos sostenibles y descubrir “qué hay detrás de la sensación de que la casa nos come”. La experta ha acudido a ‘Tiene Sentido Pódcast’, presentado por la periodista Eli Romero, para desvelar qué se encuentra en las esquinas mentales a las que, como sucede en los recovecos entre muebles, cuesta acceder en un simple repaso de domingo.
Las claves de un ciclo sin fin
“Todos en algún momento tenemos algún quiebre personal con el orden y la limpieza. Es un momento en el que dices: ‘esto no puede seguir así, esto tiene que cambiar’”, desliza la presentadora, quien se cuestiona una duda milenaria: “¿Por qué nos cuesta tanto mantener el orden?“. Domínguez describe esta cuestión como ”un punto súper interesante" por la frecuencia con la que sucede. “Nos damos el palizón a limpiar una habitación y a los dos o tres meses vemos que está otra vez igual”, detalla, luego revela que, en efecto, “se debe a dos cosas fundamentales”.
El primer motivo no es otro que el exceso de inventario. “Estamos tratando de mantener guardado todo en ese espacio; y entonces sacamos y metemos cosas, pero es difícil mantenerlo porque sencillamente hay muchas”, resume. El segundo es, si cabe, mucho más enraizado: “No tenemos hábitos instaurados e integrados en nuestro día a día. Y eso implica que no mantenemos el orden de una forma estructurada y que nos ayude en el día a día y no de vez en cuando, al ver que las cosas ya están mal”.
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Estos dos problemas mueven los comportamientos humanos en torno a la ordenación y gestionan el nacimiento y fallecimiento —si acaso pueden emplearse dichos términos— del un ciclo que nunca termina. “Podríamos llamarlo el ciclo del caos”, dice la presentadora, a lo que su invitada sonríe y asiente: “El ciclo del caos, efectivamente”.
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