Rocío Vidal, divulgadora científica: “No los despiertes aunque creas que están teniendo una pesadilla”
La experta explica que los animales también atraviesan fases de sueño similares a las humanas y que interrumpirlas puede afectar su desarrollo y bienestar.
Los sueños no son exclusivos de los seres humanos. Según explica la divulgadora científica Rocío Vidal Menacho, los animales también atraviesan fases de sueño que se asemejan a las nuestras, y es fundamental respetarlas. “Es una etapa muy importante para su desarrollo”, asegura, destacando la necesidad de no interrumpir su descanso, aunque muestren signos de actividad mientras duermen.
Señales de que tu mascota está soñando
Quienes conviven con perros, gatos u otras especies suelen observar movimientos curiosos durante el sueño como patas que se mueven simulando que corren, expresiones faciales que cambian o temblores repentinos.
Estos gestos son indicios de que el animal está experimentando sueños que reflejan su vida cotidiana. En perros y gatos, por ejemplo, los sueños suelen estar ligados a actividades que realizaron durante el día como jugar, correr, explorar o interactuar con otros seres vivos que aman. En el caso de los felinos, también existe un patrón relacionado con la caza, motivo por el cual algunos mueven las patas simulando perseguir presas invisibles.
La ciencia respalda estas observaciones, con estudios recientes que han mostrado que incluso animales menos habituales en la investigación del sueño atraviesan etapas comparables a la fase REM humana, en la que los sueños son más intensos. Un trabajo de 2022 demostró que ciertas arañas voladoras presentan un patrón de sueño similar, mientras que aves como el diamante cebra repiten sus cantos mientras duermen, prácticamente como si ensayaran para el día siguiente.
Respetar el sueño de los animales
Vidal insiste en que estos movimientos y sonidos son completamente naturales y no deben ser interrumpidos salvo en situaciones de peligro. Permitir que los animales vivan sus sueños en silencio contribuye a su bienestar físico y emocional; además, observarlos durante el sueño nos ofrece un instante único para conectar con ellos y comprender que, más allá de lo que percibimos en su vida diaria, también tienen su propio mundo interior donde procesan experiencias y descansan plenamente.
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Dejar que los animales duerman tranquilos no solo es un acto de respeto, sino también una oportunidad para maravillarse con la riqueza de su vida mental y emocional.
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