Eduard Estivill, experto en sueño: “Es falso que todos necesitemos ocho horas de descanso”

A lo largo de nuestras vidas, siempre hemos escuchado de la boca de todo el mundo, que uno para poder rendir bien en el colegio, en el trabajo o en cualquier tipo de actividad que requiera un mínimo de atención y actividad, debe de dormir mínimo entre 7 y 8 horas diarias, pero ¿y si te dijera que esto no tiene por qué ser así?

En el podcast ‘Esperados’, quisieron tratar el mundo de los sueños, trayendo a Eduard Estivill, que, entre otras cosas, es un especialista en medicina del sueño. Este es reconocido mundialmente por su trabajo en la investigación y tratamiento de los trastornos del sueño.

En el podcast, Estivill profundizó en cómo se originan los sueños, qué funciones cumplen en el equilibrio mental y emocional, y por qué una buena higiene del sueño es esencial; además de comentar también, algunos de los problemas más frecuentes, como el insomnio o las dificultades para mantener rutinas saludables, aportando consejos prácticos basados en la evidencia científica.

Pero en este fragmento publicado en las redes sociales del podcast, @esperadospodcast, se centra en las horas que necesita una persona para poder descansar bien. Su discurso arranca con un “es falso”, haciendo referencia al mito de las 8 horas diarias de sueño, argumentando, que la gran mayoría de personas si necesitan esas 7 u 8 horas, pero existe un pequeño porcentaje que no. El experto explica, que esta muestra de gente, están genéticamente programados para dormir alrededor de 5 o 6 horas; habiendo también otra pequeña parte de la población que puede llegar a necesitar hasta 10 horas.

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Los humanos durante siglos, hemos seguido un patrón de sueño segmentado, durmiendo en dos bloques separados por periodos de vigilia en los que leían, rezaban o simplemente descansaban, y quizá por eso, no deberíamos alarmarnos si alguna noche nos despertamos antes de completar esas ocho horas. La idea de un sueño continuo y obligatorio de ocho horas es, en realidad, un invento moderno, ligado a cambios sociales y a la llegada de la luz artificial. Así que, la próxima vez que te despiertes en mitad de la noche, recuerda que tu cuerpo podría estar simplemente siguiendo un ritmo natural que nos acompañó durante milenios.

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