Virales

Compra 200 casas en ruinas y gana casi 900.000 euros gracias a las citas con su novia

Hayato Kawamura, un joven japonés de 38 años, ha acumulado una buena fortuna a base de comprar casas en ruinas y reformarlas para alquilarlas.

Los hijos de Mahmoud Al-Durra, de 32 años, de Gaza, desplazado a la ciudad de Rafah, en el sur de la Franja, tras las incursiones israelíes que destruyeron su casa y donde falleció su mujer, jugando en las ruinas el 31 de enero.

Unos lo calificarán como empresario de éxito, mientras que otros le definirán como un especulador inmobiliario. Hayato Kawamura, un japonés de 38 años, se ha convertido en una de las personas más virales del país nipón por el negocio que le ha permitido acumular casi un millón de euros (más de 156 millones de yenes).

De pequeño, Kawamura siempre había tenido mucho interés por las casas. Siempre subía a lo alto de la montaña para ver las viviendas que había en su ciudad, Osaka, e incluso durante su adolescencia hacía viajes turísticos con su novia para conocer bien el sector. De hecho, su primer empleo fue en una agencia inmobiliaria.

Con el tiempo, y fruto de una disputa, tal y como cuentan medios japoneses, Kawamura dejó la empresa al entender que lo que ganaba no le permitía llegar a fin de mes. “Quería unos ingresos que me permitieran vivir sin depender de mi sueldo, pero nunca esperé hacerme rico en un abrir y cerrar de ojos”.

Por ello, tirando de su conocimiento en la materia, empezó a ahorrar dinero y a comprar edificios en ruinas. Con una pequeña reforma, Kawamura los ponía a disposición de la ciudadanía por medio de un alquiler. “La inversión inmobiliaria es un juego a largo plazo que requiere paciencia y una atención cuidadosa”, advierte.

En tan solo tres años, el bloque que había comprado por poco más de 10.000 euros ya costaba casi 30.000. Los ingresos fueron suficientes como para apostar por lugares con “animales muertos o goteras por fallo en los tejados”. “Veo estas propiedades abandonadas como una oportunidad de minimizar costes al invertir solo un poco en reformas para alquilarlas por un beneficio”.

La jugada parece estar saliéndole bien, pues ya ha conseguido casi un millón de euros de plusvalía tan solo en alquileres. “Todo esto lo financié mediante una combinación de ahorros, préstamos y beneficios por alquileres de mi empresa”, subraya. Una compañía inmobiliaria propia que, sin duda, funciona.

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