Schwarzenegger y el último capítulo de su enemistad con Stallone: “Eso no es para mí”

Arnold Schwarzenegger y Sylvester Stallone. Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger. Dos mitos del cine que juntos se entienden mejor. Una dupla de actores que han sido enemigos y amigos, pues durante varias décadas han estado forjando sus carreras siempre en el entorno de la acción. Han vivido enfrentados durante muchos años, y ellos mismos han hablado de su enemistad. “Nos detestábamos inmensamente, no nos caíamos bien. Éramos... Esto puede sonar un poco vanidoso, pero creo que éramos pioneros en un tipo de género en ese momento y realmente no se ha visto desde entonces. No podíamos soportar estar juntos, en la misma galaxia”, dijo anteriormente Stallone.

Sin embargo, el tiempo hizo sanar esa relación que mantenían, hasta el punto de convertir su enemistad en una amistad inquebrantable, llevándoles a coincidir en la gran pantalla en varias ocasiones. Una amistad que, sin embargo, no ha hecho mella en sus respectivos orgullos.

Un plan que acabó rechazando y del que ha hablado en una entrevista que ha concedido a la revista ‘People’ por el lanzamiento de su libro, ‘Be Useful: Seven Tools for Life’: “Sly me llama: ¿Quieres venirte en el yate?’ qué crees que voy a decir: ¿Cuándo puedo cenar? Eso no va a pasar. Puedo conseguir mi propio yate. Eso no es para mí. Ni siquiera puedo relajarme en esas circunstancias”.

Y es que admite que no son planes que le guste hacer: “No planeo un día libre... para ir de vacaciones a Europa o montar en un barco como lo hacen la mayoría de mis amigos. Puedo relajarme en casa. Puedo relajarme en mi oficina cuando trabajo. O iré al Instituto Schwarzeneger de la USC y pasaré el rato con los estudiantes”.

Ahora mantienen una buena relación

Con todo ello, Arnold sostiene que tiene una buena relación con Sylvester pese a que son muy diferentes: “Realmente lo admiro. Lo quiero. Es simplemente una persona diferente a mí. Es mucho más visceral, mucho más vulnerable y en contacto con sus emociones”.

Además, habla de otra de las cualidades en las que se diferencia: “Cuando se enfada, simplemente se enfada. Es como cuando enciendes una mecha: la suya se apaga de inmediato. ‘¡Boom!’ Y la mía dice: ‘Shhh’. Yo necesito dos días para llegar al boom real. Eso hace que sea bueno en la actuación, porque siente las cosas de inmediato”.