Valentina Palazzo, bióloga nutricionista: “Evita el alcohol y los dulces después de las 19 horas”
Esta experta del consultorio médico italiano LabQuarantadue recomienda “respetar la secuencia natural de la digestión y el sueño”.
La bióloga nutricionista Valentina Palazzo, del consultorio médico LabQuarantadue de Milán, explica en la edición italiana de VanityFair la importancia de “bajar el ritmo” en invierno, cuando los días se acortan, las temperaturas bajan y se reducen las horas de luz solar. Esta experta pone el foco en la importancia de llevar a cabo pequeños ajustes en nuestra rutina de cena para mejorar la digestión ( e incluso el estado de ánimo) durante esta época del año.
“Nuestro cuerpo sigue un reloj interno muy preciso llamado ritmo circadiano. En invierno, al anochecer a media tarde, la producción de melatonina comienza antes que en primavera y verano. Si cenamos tarde, enviamos señales contradictorias al cuerpo”, comienza explicando en declaraciones para el citado medio. Palazzo afirma que al cenar de manera tardía, “lo estimulamos a digerir cuando debería estar ralentizando el ritmo”.
Consejos de una profesional
“Cenar una o dos horas antes, idealmente antes de las 19 horas, significa respetar la secuencia natural de la digestión y el sueño”, añade. Asimismo, esta bióloga nutricionista recomienda cenas ligeras, priorizando proteínas magras, verduras cocinas y los carbohidratos complejos en pequeñas cantidades. “Evita el alcohol y los dulces a partir de esa hora, el cuerpo ya no necesita energía inmediata y la digestión lenta perjudica el descanso”, insiste.
Palazzo asegura en Vanity Fair que cenar temprano mejora los niveles de azúcar en sangre, así como el metabolismo: “La ciencia demuestra que cenar entre las 6 y las 7 de la tarde reduce los picos de azúcar en sangre y favorece la regulación hormonal”. “Si cenar pronto te parece imposible, hazlo gradualmente. Cada 2 o 3 días, adelanta la hora de la cena 10 o 15 minutos hasta alcanzar la hora recomendada. Este proceso paso a paso ayuda a tu cuerpo y a tu digestión a adaptarse al nuevo ritmo”, añade.
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“Los efectos positivos, tanto en tu báscula como en tu sueño y estado de ánimo, pronto se notarán. Y entonces, cenar temprano en invierno se convertirá en un ritual esencial de bienestar”, concluye.
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