Sílvia Caballol, psicóloga: “Existen cuatro tipos de narcisista que pasan desapercibidos y el más peligroso es el maligno”
La especialista y escritora catalana ha expuesto algunos tipos de narcisismo clínico frecuentes que, muchas veces, pasan desapercibidos.
Tiene el psicólogo la difícil tarea de explorar el laberinto mental en el que incurre el ser humano por el mero hecho de existir y por pura naturaleza. Dicho estudio permite revelar distintos patrones y gestos que, en suma, pueden dividir a la población en distintos grupos que presenten similitudes, lo que favorece la comprensión del individuo. De esta forma se aprecian las luces del humano y, de igual forma, sus oscuridades. Así lo señala la psicóloga y escritora Sílvia Caballol en un artículo para Regió7 a través del que ahonda en una figura muy concreta: el narcisista.
“Coloquialmente, usamos la palabra narcisista para referirnos a personas vanidosas, grandilocuentes, creídas y egocéntricas, a quienes les gusta o necesitan hacer alarde de sus logros y hablar constantemente de sí mismas”, inicia su explicación, matizando que, en realidad, dicha acepción se corresponde únicamente con uno de los cinco tipos de narcisistas que se reconocen clínicamente. De hecho, se trata del “más fácil de identificar”, recibe el nombre de “grandioso” y suele presentar “una autoestima hinchada”, así como un comportamiento arrogante, con aires de superioridad y necesidad de admiración. No obstante, dice, este tipo no es “ni el más frecuente ni el más peligroso”.
Según explica Caballol, existen “otros cuatro perfiles de narcisistas que pasan totalmente desapercibidos o incluso son percibidos como interesantes o carismáticos”; incluso afirma que “de hecho, son imposibles de reconocer hasta que no te conviertes en su ‘víctima’”. Matiza que “todos podemos tener algún rasgo narcisista” y, después, expone los cuatro tipos restantes de narcisistas clínicos.
Maligno, vulnerable, encubierto y social
Apunta, en primer lugar, al “narcisista maligno”. “El más peligroso. Tiene rasgos antisociales y psicopáticos, esto es, falta de empatía, alta carga manipulativa, tóxica y crueles con sus ‘víctimas’. Es decir, disfrutan con el sufrimiento del otro”, deja por escrito. El siguiente es el “narcisista vulnerable”, quien muestra “baja autoestima y es muy inseguro”, lo que “le lleva a defenderse de forma tóxica y desproporcionada ante la crítica”, así como a ser “manipulador”: “Su objetivo es conseguir admiración. La necesita y es capaz de todo por conseguirla”.
Muestra algo de parecido el último tipo citado con el “narcisista encubierto”, que busca la atención “jugando un papel de víctima, mostrándose tímido y desvalido”. “Una vez te atrapa, su comportamiento se vuelve tóxico, siempre victimizándose y haciendo sentir al otro culpable”, dice. En última instancia apunta al “narcisista social”, quien, para destacar, despliega habilidades elaboradas “como el sentido del humor, el ingenio, el don de palabra o la ocurrencia”: “Suele ser carismático y encantador, pero su objetivo es siempre egoísta: alimentar a su ego”.
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