Jeremy London, cirujano cardíaco: “Caminar por sí solo no aumenta significativamente la densidad mineral ósea”
El médico apuesta por el realizar entrenamientos de fuerza, especialmente para las mujeres que ya hayan cumplido los 40 años.


Caminar es una de las actividades físicas más fáciles de practicar y beneficiosas, aparte de económica: mejora la circulación, ayuda a controlar el peso, reduce el estrés y favorece la salud cardiovascular. Es una excelente manera de mantenerse activo sin necesidad de equipamiento especial ni grandes exigencias físicas. Sin embargo, aunque caminar aporta numerosos beneficios, no es suficiente para mantener los huesos fuertes, especialmente a partir de los 40 años, cuando la masa ósea comienza a disminuir de forma natural.
A partir de esa edad, el cuerpo experimenta cambios fisiológicos que afectan la densidad mineral ósea. La pérdida progresiva de hueso aumenta el riesgo de osteoporosis y fracturas, por lo que es fundamental estimular al organismo para que mantenga o incluso mejore su fortaleza estructural. Aquí es donde el entrenamiento de fuerza juega un papel clave. Los ejercicios que requieren resistencia —ya sea con pesas, bandas elásticas o incluso con el peso del propio cuerpo— generan una carga mecánica sobre los huesos que los impulsa a mantenerse densos y fuertes.
Así lo corrobora el cirujano cardíaco Jeremy London: “Caminar no fortalece los huesos, y las mujeres de mediana edad deben saberlo especialmente. Caminar es increíble. Se lo recomiendo a todos mis pacientes. Pero esta es la verdad. Caminar por sí solo no aumenta significativamente la densidad mineral ósea. Simplemente, no crea suficiente carga mecánica para indicar a los huesos que deben fortalecerse”.
“Si confía únicamente en caminar para proteger sus huesos, se está perdiendo la herramienta más poderosa que tenemos. La verdadera revolución: el entrenamiento de resistencia”, añade el doctor, quien sostiene que los entrenamientos con pesas ayudan a que el hueso se vuelva más “más denso, más resistente y más preparado frente a fracturas”.
Entrenamiento de fuerza
El entrenamiento de fuerza no implica necesariamente levantar grandes cargas ni realizar rutinas complejas. Movimientos sencillos como sentadillas, zancadas, flexiones modificadas, ejercicios de core y trabajo con bandas elásticas pueden ser suficientes, siempre que se practiquen de manera regular y progresiva. Estos ejercicios no solo fortalecen huesos y músculos, sino que también mejoran el equilibrio, la postura y la capacidad funcional, aspectos cruciales para prevenir caídas y lesiones con el paso del tiempo.
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“Sigue caminando, es fantástico para tu salud en general. Pero si te preocupa la fortaleza ósea a largo plazo, el equilibrio y la preservación de la independencia, ponte debajo de una barra, levanta pesas, entrena tus músculos y tus huesos”, agrega el galeno.
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