Salud

Isabel Viña, médica, señala los errores que afectan al equilibrio hormonal: “Todo empieza a desmoronarse”

La divulgadora y experta en endocrinología, quien acaba de publicar ‘Pon tus hormonas a funcionar’, apunta cuáles son las señales de que algo va mal.

Isabel Viña, médica, señala los errores que afectan al equilibrio hormonal: “Todo empieza a desmoronarse”
Marta Rodríguez Peleteiro
Su trayectoria en Prisa comenzó en AS, en 2006, en la sección de Cierre. Posteriormente asumió la coordinación de la revista AS Color y la redacción de los blogs Match Point y Erratas de Campo. En 2017 pasó a formar parte de PrisaNoticias, en el control de producción de El País y AS, y volvió a AS a finales de 2022, como redactora de Tikitakas.
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Desde el rigor científico, la doctora Isabel Viña, conocida por su labor como divulgadora en redes sociales sobre temas de endocrinología y nutrición, acaba de publicar Pon tus hormonas a funcionar, un libro en el que hace hincapié en el papel fundamental del equilibrio hormonal en el cuerpo. En este señala que las hormonas son las herramientas más importantes que tenemos, mensajeros químicos que viajan por la sangre desde una glándula que las produce hasta los tejidos donde tienen que actuar. Una vez allí, se unen a su receptor específico y activan distintas respuestas, como si fuera una llave que encaja perfectamente en su cerradura.

Y para que este engranaje funcione a la perfección, hay que seguir ciertos parámetros que ayuden a mantener ese equilibro hormonal. Sin embargo, a veces cometemos errores que pueden causar alteraciones. Tal y como ha señalado Viña en una entrevista con AS, uno de ellos es no tomar la suficiente fibra (tanto insoluble como soluble). “Es de los pocos nutrientes que, desde el intestino hasta el cerebro, ha demostrado prevenir enfermedades de manera sistemática en toda la población, tengan la condición que tengan: desde muerte por todas las causas, muerte por cáncer o enfermedades cardiovasculares, hasta la prevención y reversión de enfermedades metabólicas como el hígado graso o la diabetes mellitus tipo 2, además de situaciones acompañantes a numerosas enfermedades como la inflamación crónica de bajo grado”.

“Además, la falta de ejercicio físico, sin duda, por la pérdida de músculo y hueso que conlleva, es uno de los factores que más negativamente afecta a nuestra longevidad y a nuestro equilibrio y salud general. Asimismo, la falta de descanso profundo y reparador, junto con el estrés crónico que ello conlleva, actúa como un catalizador para empeorar o desencadenar numerosas enfermedades crónicas del mundo actual: desde problemas de salud mental, enfermedades cardiovasculares, autoinmunes, metabólicas e incluso determinados tipos de cáncer”, agrega Viña.

Por otro lado, apunta también hacia la exposición a tóxicos como tabaco, alcohol o incluso la contaminación ambiental y determinados compuestos como los ftalatos, PFOXs, bisfenoles o partículas PM2.5, ya que, “en diferentes grados, contribuyen al deterioro de las funciones celulares y hormonales”. “Cuando todo esto confluye, el mecanismo tan delicado de equilibrio hormonal comienza a alterarse y, como un castillo de naipes, todo empieza a desmoronarse. Porque cuando un eje hormonal se daña, el resto, en mayor o menor medida, se ‘solidariza’ y se afecta también”, explica a AS.

Las señales del cuerpo

En la entrevista, Viña arroja luz sobre cómo detectar que tenemos un desequilibro en el cuerpo: “Cada hormona produce unas señales de alarma cuando no está en equilibrio, y la cosa se complica porque son diferentes esas señales si hay una hormona por exceso o por defecto. Por ejemplo, una falta de hormona tiroidea puede dar como síntoma principal niebla mental, dolor muscular y fatiga, mientras que un exceso puede dar lugar a palpitaciones, sudoración excesiva o caída del cabello. O, por ejemplo, un exceso de insulina puede provocar acumulación excesiva de grasa abdominal y elevación de triglicéridos en sangre, mientras que una falta de ella puede dar lugar a sed profunda, grandes volúmenes de orina y pérdida de peso”.

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“La clave está en conocer las funciones básicas de cada hormona y cómo se comporta el cuerpo ante su falta o ante su exceso, para poder saber qué nos ocurre y buscar la ayuda pertinente. Y para eso el libro: para conocer un poco más las señales que nos manda el cuerpo y poder traducirlas como ‘ostras, aquí pasa algo’, y buscar ayuda sin pasar por el trámite de años o meses normalizando algo que es un problema. Muchas veces pensamos que lo común es lo normal, y porque nos pasa siempre decimos ‘es que yo soy así’, cuando realmente puede ser un problema de salud que, si no se soluciona, al menos se puede mejorar mucho”, concluye.

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