Eduardo Cardona, médico: “No todo dolor mandibular tiene origen emocional, puede haber un problema más profundo”

Si bien es cierto que numerosos gestos incómodos que el cuerpo manifiesta son asociados a respuestas inconscientes que reflejan el estrés interior, la realidad es que este escenario, tan repetido en el día a día de quien está consumido por el agobio, no justifica todos y cada uno de los comportamientos humanos. Buen ejemplo de ello es el dolor mandibular y el bruxismo, que han sido vistos durante mucho tiempo como respuestas emocionales del cuerpo a la tensión acumulada y, quizá, podrían tener otro origen completamente distinto.

Así lo apunta el doctor Eduardo Cardona, experto en Medicina Estética y creador del conocido The Cardona Method, quien señala el trastorno de la articulación temporomandibular (TMJ) como posible génesis de estas acciones. Según ha detallado en Diario de Belleza Pódcast (formato que comparte con la periodista Doreen Gutiérrez), este trastorno pasa desapercibido en muchas ocasiones (cuando no es malinterpretado), pero es clave para explicar la manera en la que una persona acomete un sinfín de acciones cotidianas en tanto que afecta de lleno a la articulación que conecta la mandíbula con el cráneo.

El mal funcionamiento del TMJ

“¿Has notado dolor al abrir la boca, crujidos o chasquidos al masticar, rigidez al despertar o incluso dolores de cabeza frecuentes? No siempre es estrés”, dice, asociando esto a un mal funcionamiento del TMJ y el consecuente efecto en cadena que conlleva, tal y como ocurre con cualquier pieza del organismo. En este caso, los músculos afectados son faciales, cervicales e incluso, dice, en la estética de la cara.

Cardona señala como causas más comunes el bruxismo crónico, una mala postura, tensión muscular persistente o factores anatómicos o traumáticos. Al desencadenar el mal funcionamiento del TMJ, aparecen dolores faciales que, entre otras cosas, limitan el rango de apertura bucal y pueden hasta provocar asimetrías en el rostro. Si se quiere tratar este asunto, deben encargarse, señala el experto, odontólogos expertos. “El abordaje debe ser profundo y preciso. Esto no es solo estética: es salud funcional”, remarca.

Posibles soluciones y tratamiento

Entre las soluciones puede encontrarse el bótox, lo que puede aliviar la hiperactividad muscular en ciertas zonas, aunque el propio Cardona advierte de los peligros que conlleva un mal uso de esta herramienta: “Aplicaciones mal dirigidas o excesivas pueden provocar efectos contraproducentes, como dificultad para masticar, pérdida de fuerza muscular o alteraciones de la sonrisa”.

Desde el punto de vista del experto, la solución debe trascender las inyecciones y contemplar un plan que incluya férulas o guardas nocturnas (para evitar el bruxismo), fisioterapia especializada, terapias de relajación para manejar el estrés, ajustes quiroprácticos y corrección de hábitos (como la postura corporal o malas prácticas en el masticado).

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Muchas veces, en lo que al organismo respecta, se trata de sentido común. “El cuerpo da señales y hay que escucharlas”, cuenta, enumerando, a modo de ejemplo, “chasquidos, dolor facial o rigidez al despertar”. De una forma u otra, invita a quien lo sufre a confiar en los expertos: “Consultar con un especialista puede marcar la diferencia entre un tratamiento exitoso y años de molestias sin diagnóstico”.

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